lunes, 4 de octubre de 2010

GENÉRICOS: LOS NENÚFARES

     De pequeño todo el mundo me llamaba renacuajo. Nací desnudo y canijo, ¡que se le va a hacer!. Mi mayor defecto es hablar... hablo de esto, hablo de aquello, opino de todo aunque no entienda de casi nada, ¡no me callo ni debajo del agua!. Si quieren que les guarden un secreto, por favor no me lo confíen a mi, pues soy de temperamento comunicativo y de lengua larga, ¡ya lo decía mi madre!.
     Confieso que me hubiera gustado viajar a los lugares más diversos (mi naturaleza me impulsa a ir dando saltos de aquí para allá), sin embargo he de reconocer que no soy lo que se dice un “hombre de mundo” ya que jamás he salido de estos parajes paradisíacos a los que llamo “hogar”, mi por otra parte, adorada morada.
     ¡En fin!, disculpen que les halla hecho pasar por esta incómoda situación hablándoles de mi aburrida vida, pero por fin hemos llegado al asunto del que tanto ansiaba hablarles: mi hogar.
     Habito, como les dije antes, en un paraje de ensueño, al borde de un pequeño lago de aguas limpias y repletas de vida. Es como un diminuto país de cuento, de aspecto encantado y ambiente mágico. Lugar romántico, a veces rendido a la sutil neblina evanescente donde apenas penetran unos indicios de claridad, suficiente para el desarrollo explosivo de las flores: flores en las orillas y enormes flores de diversos colores flotando en la superficie del estanque, inmóviles y nostálgicas. Aparentemente silenciosas, son sin embargo como la melodía que acompaña a ese ritmito incesante del agua desfilando por el cercano arroyuelo y que le confiere un sentimiento de armonía melancólica. A menudo las contemplo desde lo alto y me invitan a acercarme desplegando legiones de sus fabulosas hojas flotantes, y exhortándome a brincar sobre ellas, pues son tan grandes que podrías acostarte encima, (al menos si eres alguien tan pequeño como yo), y descansar sobre ellas como si de una mullida cama se tratase. Paso sobre estas hojas horas enteras, a veces también acechando, pues confieso que soy cazador, eso si, sólo por necesidad. En definitiva, no se si para ustedes lo será, pero ¿no creen que este es el lugar ideal para una rana como yo?.

Retrato del  ranador..., perdón, narrador.
     No les entretengo más, tengo que despedirme, no tardará en venir la horrible jacana, ese pajarraco de pies enormes que va arrasando por donde pisa. Además ya atardece y empieza a  hacer frío. Es hora de buscar refugio, ya saben que no llevo abrigo, y “empiezo a croar”..., perdón, “empiezo a creer” que me estoy acatarrando. La última vez que cogí un constipado estuve varios días fastidiado y no quiero pasar otra vez por esa angustiosa experiencia.
...Aunque quizás esta vez puede que funcione el antiguo remedio del “sana, sana, culito de rana, ...”.


NENÚFARES

La palabra nenúfar se aplica para designar a una serie de plantas acuáticas con flores que viven en pequeñas lagunas, lagos, charcas y pantanos, en lugares de fácil inundación y en cualquier lugar donde existan aguas estancadas o tranquilas, siendo posible verlas también en arroyos de corriente lenta. Las hojas y las flores pueden estar sumergidas, flotando o emergidas, dependiendo de la especie, mientras que sus raíces permanecen fijadas en el fondo. Pertenecen a tres diferentes familias: Nymphaeaceae, Nelumbonaceae y Cabombaceae.

Familia Nymphaeaceae

Son plantas rizomatosas con hojas alternas, de formas distintas, siendo las hojas sumergidas, diferentes de las flotantes. Las flores son hermafroditas, actinomorfas, solitarias y con pedúnculos muy largos. Contienen pétalos y estambres numerosos, generalmente en disposición helicoidal. El pistilo es súpero (su ovario se desarrolla encima del cáliz) o semiínfero (ovario parcialmente inmerso en el eje floral). El fruto es polispermo (con muchas semillas), coriáceo y con forma de baya. Las especies de esta familia viven en zonas templadas y tropicales de todo el mundo. Está formada por 6 géneros, con casi 70 especies.
La familia Nymphaeaceae a su vez se divide en dos subfamilias: Nupharoideae y Nymphaeoideae.

Nuphar lutea (Nuphar luteum)
-Subfamilia Nupharoideae: Se caracteriza por poseer flores con el ovario súpero. El ápice del gineceo aparece formando un disco plano a ligeramente cóncavo con estigmas radiales. Tienen de 5 a 14 Sépalos. Polen provisto de surcos y espinoso.

Esta subfamilia contiene un género único: Nuphar.

Género Nuphar: Contiene 9 especies. Nuphar advena, N.japónica, N.lutea (N. luteum), N.microphylla, N.polisépala, N.pumila, N.rubrodisca, N.saggitifolia y N.variegata.

La Península Ibérica alberga una única especie perteneciente al orden Nymphaeales (Ninfeales), el Nenúfar Amarillo (Nuphar luteum), que también se extiende por el norte y centro de Europa. En nuestra flora están reconocidas dos subespecies para Nuphar luteum, la subsp. luteum de amplia distribución peninsular, y la subsp. pumilum cuya existencia conocida en nuestro país se reduce a un pequeño enclave dentro del Parque Natural de las Fuentes del Narcea e Ibias (Asturias).

-Subfamilia Nymphaeoideae: Sus flores son períginas (con ovario semiínfero) o epíginas (con el ovario bajo el cáliz floral). El ápice del gineceo tiene forma de copa y toda su superficie es estigmática. Tienen de 4 a 5 sépalos.

A esta subfamilia pertenecen cinco géneros diferentes:

Género Victoria: Incluye dos especies gigantes como Victoria cruziana y Victoria regia (V. amazonica).

Enormes hojas y flor de Victoria cruziana

Euryale ferox

Género Euryale: Su única especie es Euryale ferox, de tamaño gigante similar a las del género Victoria.
Género Barclaya: Contiene cuatro especies. Barclaya kunstleri, Barclaya longifolia, Barclaya motleyi y Barclaya rotundifolia.

Ondinea purpurea, subsp. petaloidea
Género Ondinea: Sólo una especie, Ondinea purpurea con dos subespecies (Subsp. purpurea y subsp. petaloidea).

Género Nymphaea: Es el género que contiene mayor número de especies (52 especies): Entre ellas destacamos Nymphaea capensis, N.alba, N.colorata, N.odorata, N.caerulea, N.tetragona, N.lotus, etc.

De izquierda a derecha  y de arriba a abajo,  Nymphaea tetragona, Nymphaea mexicana,
 Nymphaea capensis, Nymphaea colorata, Nymphaea alba y Nymphaea caerulea.

Familia Nelumbonaceae

Los sistemas de clasificación tradicionales reconocían al único género de esta familia (Nelumbo) como parte de la familia Nymphaeaceae. Pero la mayoría de los botánicos académicos reconocen hoy día al género Nelumbo como integrante de la familia Nelumbonaceae.
Las nelumbonáceas son una familia de Angiospermas del Orden Proteales. Son hierbas acuáticas perennes, con rizomas horizontales y tubérculos en forma de plátano en el extremo de los rizomas. Con hojas simples, de lámina redondeada y con el pecíolo inserto en el centro (peltadas), emergidas o flotantes, pecíolos cilíndricos. Flores perfectas, actinomorfas (pueden dividirse en mitades simétricas), solitarias, aparentemente axilares, hipóginas, con perianto dispuesto en espiral. Reciben también el nombre vulgar de “loto”. Consta de un único género, Nelumbo.

Género Nelumbo: Contiene dos especies: Nelumbo nucifera (loto indio) y Nelumbo lutea (loto americano).

De izquierda a derecha,  Nelumbo lutea y Nelumbo nucifera

Familia Cabombaceae

Las cabombáceas son una familia de Angiospermas primitivas pertenecientes al Orden Nymphaeales. De hojas dimorfas (presenta dos formas distintas de hojas), flotantes y sumergidas, cortamente pecioladas. Las sumergidas muy laciniadas (con el margen dividido irregular y profundamente en dientes angostos y diferentes); las flotantes enteras y peltadas. Fruto seco, se abre espontáneamente al llegar a la madurez para liberar las semillas (indehiscente).
Viven sumergidas o flotando en lagos, lagunas o ríos de corriente lenta, en zonas templadas y tropicales. Tienen un período de floración diurna, las flores se abren durante dos días, el primero son funcionalmente femeninas, el segundo masculinas. Posee dos géneros diferentes:

Género Cabomba: Contiene 5 especies. Cabomba aquatica, C. palaeformis, C. furcata, C. haynesii, y C. caroliniana.

Género Brasenia: Es un género de una sola especie. Brasenia schreberi, originaria de las regiones templadas y subtropicales de África, Asia, Australia y América.
De izquierda a derecha, Cabomba furcata y Brasenia schreberi



Cultivo y Plantación de Nenúfares:
     Antes de plantar un nenúfar tenemos que tener en cuenta el lugar en el que queremos colocarlo: si el tamaño del estanque es pequeño deberemos elegir especies pequeñas, si es artificial como bañeras o piscinas de fibra de vidrio deberemos utilizar macetas o envases para contenerlos, mientras que si el estanque es natural tendremos la opción de plantarlos directamente en el suelo, aunque por comodidad es recomendable usar siempre contenedores.
     La elección de la maceta dependerá del tamaño de la especie de nenúfar. La mayoría van bien en envases de 50 cm de diámetro por 40 cm de profundidad aunque las especies más pequeñas pueden cultivarse en recipientes de unos 30 cm de diámetro por 30 cm de profundidad. Se les deberá agujerear por toda la superficie de forma que sea suficiente para que entre el agua y no se escape la tierra. Los nenúfares se suelen vender en macetas de rejilla con una especie de tela de saco o arpillera, que cumple bien esta función.
     Deberemos elegir un sustrato rico en nutrientes. Podemos utilizar tierra normal de jardín y enriquecerla con fertilizantes especiales pobres en nitrógeno. Rellenaremos las macetas y colocaremos con cuidado las raíces dentro del sustrato. Cubriremos la parte superior del contenedor con guijarros o piedras de río dejando un espacio libre para el desarrollo normal de la planta.
     Introduciremos las macetas en el agua con cuidado de que no se nos caiga tierra en el estanque. Si la planta es aún pequeña es conveniente sumergirla hasta unos 20 o 30 cm de profundidad para ir bajándola gradualmente a medida que la planta va creciendo hasta los 50 o 60 cm. o incluso hasta 1 metro si la especie que hemos elegido lo requiere. Para ello pondremos ladrillos bajo la maceta que iremos quitando a medida que vaya creciendo. El motivo para ir variando la profundidad es evitar que las flores se abran bajo el agua perdiendo así la oportunidad de verlas en todo su esplendor. Sin embargo ni las hojas ni las flores sumergidas se pudrirán ya que están perfectamente adaptadas a este medio.
     Buscaremos una ubicación que nos permita una exposición soleada, ya que necesitan un mínimo de 6 horas de sol para su perfecto desarrollo. Para una buena conservación, limpiaremos de hojas y flores marchitas el estanque y abonaremos aproximadamente cada tres meses.
     Los nenúfares se pueden reproducir mediante semillas o por división de las raíces. Poseen unos rizomas que puedes dividirlos en otoño o al principio de primavera cuando empieza a brotar y trasplantarlos en primavera o bien a principios de verano, en una operación que debe repetirse cada 3 ó 4 años.


5 comentarios:

  1. Un blog de lo más excelente!!!!

    Felicidades y un saludo.

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  2. Madre mia, que buen blog, si señor os seguire y con vuestro permiso os enlazo a mi blog.

    Gracias y Saludos!

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  3. Bueniiiiisimo,sigue mostrándonos muchos años mas , este talento que te caracteriza.
    Un abrazo. Carmina.

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  4. Posee los tres requisitos necesarios. Narración amena, lindas imágenes, y lo mejor nos ayuda a conocer nuestro entorno. Felicidades.

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  5. Me encantan los nenúfares. Me gustaría tener uno en mi acuario/terrario de mis dendrobates.

    Buen blog.

    Saludos

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