lunes, 30 de enero de 2012

LAS HAYAS ANTÁRTICAS


Las hijas de Gondwana. Hace 3-5 millones de años.
     El verano toca a su fin. La luz se acorta y el glaciar que desciende de las montañas ha comenzado a despertar. ¿Será este invierno, en la oscuridad de la noche interminable, cuando alcance por fin las orillas de la hermosa bahía donde hace ya seiscientos años me miro en el inmenso mar?. Soy la última de mi especie, llevo años rendida a esta evidencia. Todas mis hermanas, una tras otra, lentamente, han sucumbido rodeadas, engullidas y, finalmente, sepultadas en vida bajo este implacable e inhóspito sarcófago de hielo. Sus esqueletos de madera emergen todavía algunos metros en lo que fueron sus altas copas. La ladera blanca semeja un campo de cruces tan bello como sobrecogedor.
     Miro al norte (todo está al norte desde la perspectiva de este vasto continente) para ver como se aleja el sol acaso ya definitivamente. No muy lejos, sobre la lámina de un mar que también parece derrotado, como un saludo postrero o tal vez como un adiós, una estela de vapor se eleva al frío aire expulsada por el espiráculo de una ballena azul. En tierra firme no queda ningún valle por donde fluya libre el agua dulce de un arroyo, ni flores refulgiendo al amanecer, ni praderas peinadas por el viento, ni cantos ni nidos de pájaros...
     Ahora que yo misma siento el frío colarse bajo mis raíces, con el continente prácticamente congelado, los inmensos bosques desaparecidos con nombres todavía no inventados (un día serán cedros, arrayanes, araucarias, coihues o lengas), imagino que está por llegar alguna futura especie que dominará la tierra para ser cronista y notario de existencias remotas como la mía. Otros continentes hermanos han conservado, por fortuna, algunas líneas evolutivas de nuestro linaje. ¡Todo quedará escrito, sin embargo, para quien sepa leerlo, en las rocas que se ocultan bajo el hielo!.  
  
12 de noviembre de 1912.
     La luz por fin acaricia la banquisa helada en esta primavera austral tras el desastre. Cubierta por la nieve apenas sobresale la tienda y en su interior hemos hallado los cuerpos de tres de nuestros infortunados compañeros. Son el doctor Wilson, Bowers y el jefe de la expedición, el capitán Scott. No hay rastro de Evans ni tampoco de Oates. Mucho ha debido de ser su padecimiento pero en este instante detenido para siempre parece que la muerte, misericordiosa, los encontró entre sueños. Ahora sabemos que lo lograron, la doble conquista del Polo Sur y de la eternidad. El diario del capitán Scott todo lo explica como en un poema trágico. Entonces, que se abra paso la leyenda.
     Entre todos los objetos encontrados junto a los cuerpos nos llama la atención una pequeña y extraña roca donde puede verse la imagen fosilizada de una planta, tal vez una especie de árbol. ¿Habrá sido este desolado continente en alguna época remota un paraíso forestal?. La respuesta está escrita, para quien sepa leerla, en las rocas ocultas bajo el hielo. 

Fragmentación del supercontinente Pangea
hasta la formación de los continentes tal
como los conocemos en la actualidad.
(Animación: Wikipedia)
-EL CONTINENTE GONDWANA-
     En 1912, el geofísico alemán Alfred Wegener formuló su “teoría de la deriva continental” tras observar la manera en que parecen encajar la forma de los continentes a cada lado del Océano Atlántico. También observó que la fauna y la flora fósil encontrada en continentes tan distantes eran sin embargo muy parecidas, lo que le llevó a pensar que quizás todos los continentes en un principio pudieran haber estado unidos en un único gran continente. A este supercontinente le denominó Pangea o Pangaea. Se estima que se formó hace aproximadamente 300 millones de años (finales del período Pérmico) cuando los continentes hasta entonces separados quedaron unidos, para más tarde (en el Triásico y comienzos del Jurásico) volverse a fragmentar producto de los movimientos de las placas tectónicas. Este proceso de fragmentación provocó una primera división en dos grandes continentes: al norte Laurasia (de donde surgieron posteriormente  Eurasia y América del Norte) y al sur Gondwana. Separados por el mar de Tetis, ambos continentes se fueron alejando y fragmentándose a su vez. Así, a lo largo del Cretácico, de Gondwana surgieron el continente Africano, el Indostán, Sudamérica, Australia, Madagascar y la Antártida.
Fragmentación de Pangea y división en dos continentes:
Laurasia al norte y Gondwana al sur.
     Es importante esta teoría pues explica la distribución geográfica de muchos grupos de plantas que posiblemente surgirían en Gondwana y que actualmente se encuentran presentes en los continentes meridionales. Basado en las similitudes de su flora, el botánico Ronald Good identificó un “reino florístico antártico” que se encuentra en distintas áreas separadas del Hemisferio sur, que incluiría el sur de Sudamérica, Australia, Nueva Zelanda, Tasmania y Nueva Caledonia. África y la India se desviaron hacia el norte y se hicieron más cálidas y secas por lo que en la actualidad su vegetación tiene pocas secuelas de la “flora antártica”.
     Las especies que encontramos en la actualidad, pertenecientes a esta comunidad diferenciada de plantas, incluiría varias familias de helechos como la Dicsonia y numerosas plantas con flor, pero también plantas leñosas que incluyen coníferas como las araucarias y algunas variedades de cipreses y cedros, así como distintas familias de angiospermas (Atherospermataceae, Proteaceae, Winteraceae, Griseliniaceae, Cunoniaceae, etc.)  y géneros como las fucsias (Fuchsia) y las hayas australes (Nothofagus). La Antártida tiene un clima demasiado frío y seco para mantener a estas plantas vasculares durante millones de años por lo que en la actualidad su flora se reduce a algunas especies de líquenes, musgos, hepáticas y algas. Cuenta también, sin embargo con dos plantas con flor: Deschampsia antarctica  (hierba pilosa antártica) y Colobanthus quitensis  (hierba perla). No obstante se han hallado numerosos restos fósiles que indican que durante el Mesozoico en la Antártida dominaban un grupo de Gimnospermas cuyo mayor exponente eran las araucarias, mientras que en el Cretácico aparecieron las Angiospermas sobresaliendo particularmente un árbol, el “Haya del sur” del género Nothofagus. 

-EL GÉNERO NOTHOFAGUS-
     Las Notofagáceas (Nothofagaceae), son una familia del Orden Fagales que reúne una serie de especies arbóreas originarias del Hemisferio sur. Esta familia sólo contiene un género, Nothofagus, conocidos en su conjunto como “hayas del sur” o “hayas antárticas”. Se les llama así por estar emparentados con las hayas del hemisferio norte (género Fagus) y de hecho, hasta la década de los 90 eran clasificados como un género dentro de la familia Fagaceae. Estas especies se caracterizan por tener flores poco visibles cuyo polen es dispersado por el viento y se encuentran principalmente en las zonas más meridionales del Sudamérica (Argentina y Chile), así como en distintas zonas de Oceanía (Australia, Nueva Zelanda, Nueva Guinea y Nueva Caledonia).
-ESPECIES SUDAMERICANAS-
Hojas de Nothofagus dombeyi.

COIHUE

Nothofagus dombeyi, Mirb.
Coihue, coigüe, coygüe.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín nothus que a su vez proviene del griego y que significa “ilegítimo” y fagus es el nombre latino de las hayas. Así podríamos traducirlo como “haya ilegítima” o “falsa haya”. El nombre específico Dombeyi en honor a José Dombey, botánico francés (1742-1796).
Lugar de origen: Argentina y Chile 

Descripción:
Es un árbol de gran porte que puede alcanzar hasta los 45 metros de altura. Posee una corteza finamente rugosa. Las hojas son persistentes de unos 3 cm de largo por 1,5 cm de ancho, de color verde oscuro y textura coriácea y lustrosa. Tienen forma lanceolada con los bordes aserrados y el ápice agudo. La base se presenta diseminada, algo oblicua, con pecíolos cortos. Las flores masculinas se presentan por separado de las femeninas pero en el mismo árbol. Son axilares, de pedúnculo corto y se reúnen de tres en tres, tanto las masculinas como las femeninas. Los frutos son triaquenios de 3-5 cm de longitud, los dos aquenios laterales son trialados y el central bialado.  

Hojas y flores de Nothofagus betuloides

GUINDO

Nothofagus betuloides, Mirb.
Guindo, coihue blanco, coihue del Sur, coibo, upaya, ouchpaya, roble de Magallanes.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. Betuloides por el parecido de sus hojas a las del abedul (betula).
Lugar de origen: Bosques andino-patagónicos. 

Descripción:
Es un árbol de copa angosta que puede alcanzar los 25 metros de altura, con la corteza lisa y oscura en las ramas terminales. Las hojas son perennes, de forma aovada con el borde claramente aserrado. Tiene un tamaño de unos 2 cm de largo por 1 cm de ancho y se presentan simples y alternas. Son verdes, coriáceas y brillantes por el haz mientras que por el envés presenta unas glándulas resiníferas. Las flores son unisexuales y monoicas. Las masculinas se presentan axilares y solitarias mientras que las femeninas están reunidas en inflorescencias cimosas. Los frutos están compuestos por tres aquenios rodeados por una cúpulas. Los dos laterales son trialados y el central bialado. 

Hojas de Nothofagus pumilio.

LENGA

Nothofagus pumilio, (Poepp. et Endl.)
Lenga, roble blanco, roble lenga, roble de Tierra de fuego, leñar.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. Pumilio, del latín = “enano”.
Lugar de origen: Bosques subantárticos de Argentina y Chile. 

Descripción:
Es un árbol de gran porte que llega a alcanzar los 30 metros de altura y de tronco cilíndrico-cónico, con la corteza grisácea agrietada longitudinalmente en su etapa de madurez. Las hojas son caducas, de unos 4 cm de largo por 2 cm de ancho. Son simples, de disposición alterna y de forma elíptica con los bordes crenados. La nervadura central es muy prominente y destaca por el envés. Las nervaduras secundarias son paralelas o subparalelas entre las cuales se hallan dos lóbulos, característica principal de las hojas de lenga. Las flores son pequeñas y solitarias presentadas en las axilas de las hojas. Las femeninas tienen el ovario ínfero trilocular. Las masculinas están compuestas por 15-20 estambres con largos y delgados filamentos y son de color ocre. Los frutos son aquenios trialados recubiertos de una cúpula coriácea. 

Hojas de Nothofagus antarctica.

ÑIRE

Nothofagus antarctica, (Forst. Fill.)
Ñire, ñirre, anís, roble.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. El nombre específico antarctica, debido a su origen de las regiones antárticas.
Lugar de origen: Cordillera austral sudamericana. 

Descripción:
Es un árbol pequeño y de apariencia arbustiva en la zona norte de los bosques andino-patagónicos, que puede alcanzar sin embargo, alturas de hasta 15 metros en la isla grande de Tierra de Fuego. Su corteza es agrietada y de color pardo oscuro. Las hojas son caducas, de forma aovada y base acorazonada con los bordes finamente dentado y ondulado. Tienen unos 3 cm de largo por 1,5 cm de ancho, son simples y se distribuyen de forma alterna. En el otoño, antes de caer adquieren un vistoso color rojo-purpúreo. Las flores masculinas se muestran solitarias en las axilas de las hojas sostenidas por un pedúnculo corto. Las femeninas se muestran también en las axilas de las hojas y son inflorescencias compuestas por tres flores. Los frutos son triaquenios de color verde amarillento, con el aquenio central bialado y los dos laterales trialados.  

Hojas y fruto de Nothofagus alpina. Aspecto general
y follaje otoñal de un rojo llamativo.

RAULÍ

Nothufagus alpina, (Poepp. et Endl.)
Raulí, rewulí, roblín, cedro del sur.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. El nombre específico alpina, debido a su ubicación montañosa.
Lugar de origen: Argentina, en una limitada zona de la provincia de Neuquén. 

Descripción:
Es un árbol que en condiciones adecuadas puede alcanzar los 35 metros de altura, de fuste recto y largo y con la copa erguida. Su corteza es estriada o fisurada de color pardo-grisácea. Sus hojas son caducas, simples y se distribuyen de forma alterna. Son de forma ovalada a oblongas con el borde ligeramente aserrado y poseen estípulas caducas y membranosas. Tiene unas hojas de gran tamaño, de las más grandes de las especies de Nothofagus americanos pudiendo llegar hasta los 12 cm de largo por 4 cm de ancho. Son de color verde grisáceo y por el envés presenta pubescencia con una nervadura central prominente. Las flores masculinas son solitarias o en racimos de 2 o 3 flores, las femeninas siempre en número de tres en forma de cúpula. Los frutos son triaquenios de 5 mm  de largo. 

Hojas y fruto de Nothofagus obliqua.

ROBLE PELLÍN

Nothofagus obliqua, (Mirb.)
Roble pellín, roble de Neuquen, coyan, pellín, hualle.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. Obliqua, debido a la forma sesgada de la base de sus hojas.
Lugar de origen: Porción norte de los bosques andino-patagónicos. 

Descripción:
Es un árbol de gran porte, con alturas de hasta 35 metros y corteza lisa y grisácea en los ejemplares jóvenes, volviéndose gruesa y agrietada y de color pardo oscura al envejecer. Las hojas son caducas, simples y alternas de tamaño pequeño (de 2 a 5 cm de largo por 2 cm de ancho). De forma variable aunque generalmente son oval-lanceoladas con el borde aserrado, el ápice acuminado y la base oblicua. Son de color verde pálido con la nervadura más pronunciada por el envés y con una yema prominente en la base de cada hoja. Las flores masculinas son solitarias, axilares y tienen de 30 a 40 estambres. Las inflorescencia femeninas son pubescentes y constan de tres flores formando una cúpula. Los frutos son triaquenios casi leñosos de color blanco amarillento.  

Hojas de Nothofagus alessandrii.

RUIL

Nothofagus alessandrii, (Esp.)
Ruil.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. Alessandrii, en honor a Arturo Alessandri, presidente de la República de Chile entre 1920 y 1925  y entre 1932 y 1938.
Lugar de origen: Endémico de Chile, se encuentra circunscrito en una pequeña área de la Cordillera de la Costa de la región del Maule. 

Descripción:
Es un árbol caducifolio de crecimiento cónico y de tronco recto que puede medir hasta 30 metros de altura. La corteza es de color gris, irregularmente fisurada. Sus hojas son simples y alternas y pueden ser ovaladas o lanceoladas, con el borde aserrado. Muy grandes, de hasta 12 cm de largo por 8 cm de ancho y con la nervadura primaria muy prominente. Son de color verde, adquiriendo tonos rojizos o amarillentos antes de caer. Las flores son pequeñas y de color verde pálido, sin pétalos y tanto las masculinas como las femeninas están distribuidas en racimos. Las inflorescencias masculinas disponen de numerosos estambres. El fruto es de 1 cm y está formado por 4 válvulas que pueden contener hasta 7 nueces. 


-ESPECIES DE OCEANÍA- 

Nothofagus moorei.

HAYA ANTÁRTICA

Nothofagus moorei, (F.J.Muell.)
Haya antártica, haya de cabeza de negro (negrohead beech)
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. Moorei en honor al botánico escocés Charles Moore (1820-1905), director del Real Jardín Botánico de Sidney.
Lugar de origen: nativo de las tierras altas del este de Australia. 

Descripción:
Es un árbol que alcanza los 30 metros de altura, de corteza escamosa de color marrón oscura. Sus hojas son simples y alternas, de unos 6 cm de largo, de color verde oscuro aunque las hojas de nuevo crecimiento presentan un color rojo brillante. Son de forma triangular con el borde ligeramente dentado. En el otoño deja caer parcialmente sus hojas manteniendo gran parte del follaje. Las flores son inconspicuas de color verde amarillento reunidas en amentos. El fruto es una cápsula de cuatro valvas que contiene tres nueces aladas. 

Follaje y flores de Nothofagus menziesii y detalle de la
corteza "plateada" característica de la especie.

HAYA PLATEADA DE NUEVA ZELANDA

Nothofagus menziesii, (Hook. f.) Oerst.

Haya plateada, haya plateada de Nueva Zelanda.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. Menziesii en honor a Archival Menzies médico y botánico escocés (1754-1842). Su nombre común “plateada” viene del color blancuzco de su corteza, que es particularmente acentuada en los ejemplares jóvenes.
Lugar de origen: Árbol endémico de Nueva Zelanda. 

Descripción:
Es un árbol perennifolio de hasta 30 metros de altura, de corteza blanca y moteada. Las hojas son redondeadas o aovadas, muy pequeñas, entre 6-18 mm de largo, anchamente cuneiformes en la base y redondeadas o apuntadas en el ápice. Tienen el borde doblemente dentado y son glabras por el haz, con unos ligeros pelillos por el envés. Las flores masculinas están reunidas en inflorescencias en grupos de 1-4. Las femeninas solitarias o en grupos de 2-4 sobre pedicelos axilares. Los frutos son cúpulas de 6-9 mm de longitud divididos en cuatro segmentos cubiertos de glándulas. 

HAYA NEGRA DE NUEVA ZELANDA, HAYA DE MONTAÑA DE N. ZELANDA

Nothofagus solandri, (Hook. f.) Oerst. Dos variedades: var.solandri y var.cliffitoides=var.cliffortioides.
Haya negra de Nueva Zelanda, haya negra, haya de montaña de N. Zelanda.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. Solandri, en honor a Daniel Carl Solander (1733-1782) botánico discípulo de Linneo. El nombre común de la var.solandri “Haya negra” por ser susceptible al moho del hollín que cubre tronco y ramas. El nombre común de la var.cliffitoides “Haya de montaña” por crecer sólo en altitudes.
Lugar de origen: Árbol endémico de Nueva Zelanda. 

Descripción:
Es un árbol perennifolio que en la var.solandri alcanza 27 metros de altura, mientras que la var.cliffitoides es algo más pequeña alcanzando los 20 metros, disminuyendo su altura hasta únicamente los 2 metros en las latitudes más bajas de la montaña donde su desarrollo es más complicado, formando lo que se llama un “bosque duende”. Las hojas son simples, alternas, de forma ovoide y con el borde liso. Son pequeñas, de 10 mm de largo por 5 mm de ancho, coriáceas, de color verde oscuro brillante por el haz y más pálidas y pilosas por el envés. En la var.solandri son más puntiagudas, mientras que en la var.cliffitoides son más cortas y redondeadas, habiendo una variación en la forma debido a la hibridación entre ambas variedades. Las flores se presentan en las axilas de las hojas, en amentos, las masculinas en número de 1-3. Los frutos formando una cúpula con tres lóbulos de 6-7 mm de longitud. 

Hojas de Nothofagus solandri. A la izquierda, la variedad solandri, de hojas más alargadas y a la izquierda la
variedad cliffitoides de hojas más cortas y redondeadas.

HAYA DE N. CALEDONIA

Nothofagus aequilateralis, (Baum.-Bod.) Steenis
Haya de Nueva Caledonia.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín y significa “falsa haya”. Aequilateralis, del latín y significa “con todos los lado iguales”, en referencia a la forma del árbol.
Lugar de origen: Montañas del sur de Nueva Caledonia. 

Descripción:
Es un árbol que se encuentra en altitudes montañosas de entre 150-1.250 metros, que puede alcanzar cerca de 20 metros de altura. Las hojas son muy grandes, persistentes, alternas, de forma elíptica u oblonga y con el borde entero. Son simples, regulares, de pecíolo corto y ligeramente puntiagudas o redondeadas en el ápice. Poseen una nervadura secundaria marcada y regular. Las flores son poco visibles reunidas en amentos axilares. Los frutos son aquenios alados contenidos en una cúpula bivalva.