martes, 30 de noviembre de 2010

¡¡MARCHANDO UNA DE CORTEZAS!!

     El joven profesor andaba hoy muy atareado y un tanto distraído. Con su cartera repleta de notas, apuntes y comentarios tomó asiento en la mugrienta mesa de aquel bar que a menudo frecuentaba de camino a casa.
     –“Un café, por favor” – pidió con voz sosegada y agradable al camarero que se aproximaba con desmesurada parsimonia, actitud que hubiera desesperado al mismísimo Santo Job, inventor de la paciencia, pero no a nuestro profesor.
     – “¿Solo?” – contestó con desgana el pinche. El profesor por un momento creyó que se refería a su permanente falta de compañía que tanto le echaba en cara su protectora madre y que a él tanto le fastidiaba que le reprochara, pero de inmediato se dio cuenta del verdadero sentido de la pregunta.
      – “Con leche..., y un poco de azúcar, gracias”.
     Mientras tanto empezó a desparramar por la mesa todo el papelamen que portaba en la cartera para preparar las lecciones que debía impartir a sus alumnos al día siguiente. A menudo solía organizar sus clases en este sitio pues solía ser un lugar bastante tranquilo, con escasa clientela.
     Ya empezaba su cabeza a concentrarse en los deberes. Tenía que preparar dos clases con temáticas diferentes y era importante ordenar la mente para no mezclar conceptos: por un lado iban desfilando términos como sial, sima, corteza oceánica, corteza continental, capa sedimentaria..., para la materia de geología que había de impartir a sus alumnos de 4º. Pero según desfilaban estos términos por su mesa también iban desfilando por la entrada del bar cliente tras cliente como el goteo incesante de un grifo mal cerrado, hasta ir llenando de rumores, después bullicio, más tarde gritos, el hasta entonces tranquilo espacio de aquella taberna. Por otro lado ahora le empezaban a bailar en su cabeza palabrejas como hipotálamo, diéncefalo o hemisferio cerebral necesarias para la clase de anatomía humana de los de 3º, pero entre el vocerío externo y la confusión interna empezaron a mezclarse ambas materias y ya no sabía si el epitálamo pertenecía a la corteza cerebral o a la corteza terrestre. Y entre tanto lío de cortezas, a punto de estallar, sonó una vozarrona penetrante que terminó rompiendo su concentración y que provenía del camarero: –“¡¡¡Marchando una de cortezas!!!”.
     El pequeño bar era conocido en la zona por su gran variedad de tapas, configuradas en su mayoría a base de fritos y carnes ricas en grasas, como sus famosas cortezas de cerdo, que nuestro joven profesor de ciencias jamás se había atrevido a probar, pues era más bien de costumbres vegetarianas.
     Como en ese ambiente ya no había manera de discurrir, recogió con presteza todos los papeles que había en la mesa y regresó a casa. Allí, al volver a sacar el papelamen para retomar su tarea se dio cuenta de que había arramplado con todo el contenido de la mesa de aquel bar, incluido un servilletero y el “Menú de tapas”. Su sorpresa fue mayúscula cuando al echar un vistazo al listado de aperitivos se encontró con lo siguiente en el apartado de cortezas:


CORTEZAS DE ÁRBOLES

Corteza de Abedul pubescente (Betula pubescens)

Corteza de Alcornoque (Quercus suber)

Corteza de Aliso (Alnus glutinosa)

Corteza de Almez (Celtis australis)

Corteza de Cerezo silvestre (Prunus avium)

Corteza de Encina (Quercus ilex)


Corteza de Enebro de la Miera (Juniperus oxycedrus)

Corteza de Fresno (Fraxinus angustifolia)


Corteza de Madroño (Arbutus unedo)

Corteza de Olivo (Olea europaea)

Corteza de Olmo de montaña (Ulmus glabra)

Corteza de Pino piñonero (Pinus pinea)

Corteza de Pino resinero (Pinus pinaster)

Corteza de Roble melojo (Quercus pyrenaica)

ATENCIÓN: Este menú es una interpretación alegórica, no intente hacer ni consumir ninguna de estas recetas, puede ser perjudicial para su salud.



jueves, 25 de noviembre de 2010

POESÍAS: EL BARRANCO DE LOS PÁJAROS (FRANCISCO BRINES)

EL BARRANCO DE LOS PÁJAROS

                         I
Delante estaba el monte, la mañana
buscaba con su luz el acto viejo
de hallar el mundo en ella, más arriba
la cumbre. Se verían los lejanos
caminos y las casas, otros montes,
el reposado mar. Junto a la falda
comí temprano, y era el humo azul
tibio sueño en el valle. Mis amigos
en el agua reían y con ellos
mojé mi cuerpo. Comenzaba cerca
la senda que llevaba a las alturas
gratas. La libertad nos encendía.


                       II
Niños, subíamos gritando cantos
de guerra, rezos de capilla. Nadie
se podía volver, mirar el verde
llano, su hermosura extendida y baja.
Desde el cielo veríamos el campo.
La luz llegaba ya a nuestras cabezas
desde el lado del mar, y enfrente el bosque
nos acogió con su penumbra roja.
En el silencio súbito, los rostros
se quedaron muy bellos y aquel cielo
fue rompiendo las ramas, despertando
las alas de los pájaros, su voz
llena de heridas. Un arroyo débil,
con piedras, nos retuvo. ¡Qué delicia
las bocas en el agua, confundidos
los rostros, en la hierba nuestros cuerpos!




                        III                          
Pero el bosque dejó de ser misterio
y el leñador nos asustó: su fiera
mirada sin amor, su brazo fuerte
de verdugo, la dura bienvenida.
Fuimos con miedo a su cabaña, todos
recibimos un hacha, él nos dijo
que era ley de la tierra. Y abatimos
el árbol, derribamos la espesura
fresca de las palomas, la colina
donde se quedan las estrellas solas.




                            IV
Al proseguir la marcha, siempre arriba,
ninguno habló. La repentina lluvia
dejó incierto el camino, la seroja
no crujió más, nuestro calzado pronto
pesó, rojo, de barro. De aquel frente
se ocultaron los pinos, en la bruma
sin luz corrimos todos, y dejando
las mochilas en tierra nos herimos
a golpes de pedradas.
Solo quedé, bajo un mojado tronco,
viendo el espacio fresco iluminarse
de nuevo. Troncos de amarillas franjas,
violetas suavísimas, helechos,
azul del cielo. Y el pinar despierta
con la voz de los pájaros, del agua
que, en las ramas pesando, se hacía lluvia
cortísima. La sien, sangrando al sol,
mojé un peñasco fiero y horadado,
y busqué la salida de aquel bosque.


V                             
De nuevo el sol estalla. La pendiente
se muestra despoblada hasta la cumbre.
He de alcanzar el aire que allí existe
ensanchador, y al aturdido pecho
le hacen daño los golpes que, muy fuertes,
el corazón le da. El sol derriba
los peñascos con fuego que los funde.
Y arriba, azul, la brisa se estaciona
mirando el llano abajo, más distante
la marea del mar, con su frescura.
Mas no hay que detenerse en aquel vértice
si arriba el cuerpo; sin amigos, solo,
bueno es silbar y bueno es alejarse
de allí. El cielo, sin mesura y vano,
advierte la fatiga de aquel hombre.
                       VI
Al otro lado de la cumbre, bajo
los matorrales del romero quieto
la montaña se quiebra. Allí anidan
los mirlos en las cañas, las adelfas
de solitario amor florecen, se oye
la duradera vida del silencio.
Se le llama Barranco de los Pájaros.
Pensábamos llegar cuando la tarde
se hace un pozo de sombra, la mirada
se abre en la flor del ojo para, arriba,
tocar un astro. Compañeros, pienso
que no me detendré cuando me acerque
al lugar de la tienda. Sin canciones,
sin fuegos, no habrá trinos que oír, nada
que comentar con alegría viva.
Hay que olvidar el sitio, ser más fuerte
que el destino ruin, y con la noche,
vergonzoso en la sombra, penetrar
en la vastedad desconocida.

VII                            
El alba aquí se enciende. Y aquel hombre
de fatigado cuerpo se ha dormido
con la gran paz del alba. La tranquila
luz llega de los aires y en su boca
se aquieta. El humilde cuerpo sueña,
y hay un olvido natural del mundo.
Brilla la tierra. Sin moverse, ciego,
sigue su vida como el agua pasa,
porque quiere la fuente, y él alienta
seguro como el día que en él vive.
Igual que a un árbol derribado vienen
las aves, y las hierbas lo acomodan.
Vencida ya la gloria de la tarde
se abren sus ojos al contorno oscuro
del campo. Qué olorosa le ha crecido
la barba jazminera, y el anciano
se toca el corazón, y allí le duele
mucho, y él ya no ve, ni escucha nada
de fuera de su cuerpo. Con los astros
se cumple la honda noche, y allí queda
fiel a su soledad, frío en el suelo.



Autor: Francisco Brines

lunes, 15 de noviembre de 2010

LOS ÁLAMOS TEMBLONES - "El Gigante Tembloroso"

     Todos los tallos nos miran desde su altura con el mismo rostro sosegado y bello. Miles de columnas lisas y grises se yerguen hasta casi tocar las nubes bajas. Arriba, la bóveda verdeazul que más tarde se tornará umbría, luego dorada, al cabo desnuda y finalmente callada o dormida, conforma los límites de tan singular templo natural que se extiende por cuarenta y tres hectáreas.
     Acaso sea éste el corazón del árbol-bosque, el lugar donde cayó y germinó la minúscula semilla fundadora, el centro desde donde hace más de ochenta mil años que este bosque de un solo árbol se dibuja en la faz de la luna, su amiga.
     Basta una leve brisa para que todo el conjunto entone al unísono la más antigua de las canciones hecha de viento y parpadeo de hojas: a menudo rumorosa, en ocasiones alegre y monótona, algunas veces impetuosa e iracunda como constituida de la misma esencia, la misma música pura y ancestral con la que se expresa el lejano mar.
     Todo está guardado en la memoria de Pando. Las eras del hielo con el glaciar Cordillerano atenazando las Montañas Rocosas. Mamuts, mastodontes, perezosos gigantes..., animales míticos ya desaparecidos que formaron la llamada megafauna. Fuegos, sequías y finalmente humanos, pasaron por su vida dejando huellas, recuerdos y cicatrices imborrables.
     Pero entre todos es el fuego el elemento que ha configurado como ningún otro la dilatada existencia de Pando: Un largo y abrasador verano, una tormenta inoportuna, un rayo cegador y en un instante todo el bosque sucumbe calcinado. Silencio tras la devastación. Pero apenas un aliento hasta la siguiente primavera para que el ave fénix de los árboles renazca otra vez de sus cenizas. Es así como comienza la reconstrucción de este santuario consagrado al culto de la vida, es así como se produce uno de tantos milagros con los que la naturaleza no deja nunca de sorprendernos. Porque sólo los humildes alcanzan la eternidad. Y sólo aprenden a ser eternos los que con humildad han sabido, como Pando, cuyo cuerpo está hecho de raíces, sobrevivir contra el tiempo al calor latente de la tierra.


ÁLAMO TEMBLÓN

Esta denominación sirve para designar a dos especies diferentes de álamos aunque de apariencia similar: por un lado la especie americana Populus tremuloides y por otro su pariente europeo Populus tremula.
A continuación vamos a intentar conocer un poco de ambas especies.

Hojas de Populus tremuloides
Populus tremuloides
(Álamo temblón, Falso chopo temblón, Temblor aspen, Quaking aspen).
Familia: Salicaceae.
Lugar de origen: Zonas elevadas de EE. UU., Canadá y norte de México.
Etimología: "Populus" es el nombre latino con el que se conocían antiguamente a los álamos o chopos; significa “popular”, quizás por ser bastante abundante y presentarse siempre en grupos muy numerosos. El apelativo “tremuloides” hace referencia al estremecimiento o temblor de sus hojas al ser movidas por la brisa.

Descripción:
Se trata de un árbol caducifolio de tamaño mediano de 20-25 m., con un tronco de 20-80 cm de diámetro. Las hojas de los adultos son redondeadas, de entre 4 y 8 cm de diámetro ligeramente aserradas o festoneadas, con pecíolos achatados. Los árboles jóvenes tienen estos pecíolos mucho más largos de 10-20 cm de longitud y las hojas tienen un aspecto aparentemente triangular. Las flores se disponen en amentos de 4-6 cm de longitud y aparecen en la primavera antes que las hojas. Es un árbol dioico, con las flores masculinas y femeninas en diferentes árboles. Los frutos son cápsulas de 10 cm de longitud, pendulares con un pedúnculo de 6 mm, cada cápsula contiene cerca de 10 semillas diminutas rodeadas de una pelusa algodonosa que ayuda a la dispersión eólica tras su maduración a principios del verano. Es común el uso extensivo de colonias clonales, así cada colonia proviene de una madre, lográndose que todos sus árboles tengan idénticas características y compartan la estructura radicular. Es famosa la colonia clonal denominada “Pando”, protagonista de nuestro relato y a la que se considera como el mayor organismo viviente de la tierra (más tarde hablaremos de su historia).

Hojas de Populus tremula
Populus tremula
(Álamo temblón, Chopo temblón).
Familia: Salicaceae.
Lugar de origen: Europa, norte de África, Asia Menor.
Etimología: El apelativo “tremula” al igual que “tremuloides” hace referencia al temblor de sus hojas.

Descripción:
Es un árbol caducifolio de 15 a 20 metros de altura y tronco grueso en su base. Posee una corteza lisa y blanquecina, resquebrajada longitudinalmente en la base con los años. Tiene la copa ancha y poco densa. Las ramillas nuevas son lampiñas. Las hojas son colgantes. Las adultas son redondeadas, de borde festoneado o sinuoso-dentado, de 3-8 cm de longitud. Las hojas jóvenes son acorazonadas, de base truncada y tomentosas. Tiene el pecíolo largo y delgado. Este pecíolo es flexible y aplanado en sentido perpendicular al limbo, lo que hace que las hojas se muevan con facilidad aun con una leve brisa. Las flores son inflorescencias colgantes (amentos), apareciendo antes que las hojas, en los meses de Febrero-Marzo y son dioicas. El fruto tiene forma de cápsula. Las semillas son negruzcas y están envueltas en una especie de borra blanca.

Tras la descripción de las dos especies pasamos al resto de características que ambas comparten:

Inflorescencias (amentos) de Populus tremuloides
Cultivo: Necesitan suelo fresco, neutro o ligeramente ácido. Son de clima frío y exposición soleada. Admiten podas de formación. A veces esta poda se efectúa para reducir la floración que puede ser molesta para los alérgicos. Reproducción mediante esquejes a final del invierno y por brotes de raíz. También es posible por semilla si se siembran al poco tiempo de recolectarse, ya que pierden muy pronto su poder germinativo.

Utilización: Como árbol de alineación para avenidas.

Propiedades medicinales:
Las propiedades de los álamos temblones se concentran en sus yemas y a veces en la corteza de las ramas jóvenes o las hojas. Contienen glucósidos como la salicina que tiene efectos analgésicos, antipiréticos y antiinflamatorios. También posee aceites esenciales y otros principios activos. Se utiliza como desinfectante y diurético, como profiláctico de la gota y para la hiperplasia de próstata.
Para su ingestión suele prepararse en infusión a razón de una o dos cucharaditas por taza, mientras que para uso externo se utiliza la decocción, aplicándose en forma de cataplasmas o baños, siendo apropiado para el tratamiento de hemorroides o quemaduras.

Amentos de Populus tremula
Plagas y enfermedades:
Puede padecer el ataque de hongos como la Armillaria mellea, la Taphirina deformans (causante de la lepra del melocotonero) o los hongos que provocan la Roya. También es propenso a ataques bacterianos como el Chancro del chopo (producido por la bacteria Xantomonas populi) así como a algunas plagas causantes de daños en las hojas como pueden ser ciertos escarabajos de los géneros Phyllodecta o Plagiodera.

Refranes:
-Hoy día por ti, mañana por la alameda.
-El álamo largo y enjuto, ni da sombra ni da fruto.
-Con hilo de plata labró mi seda, y voy y la tiendo en la alameda.

Curiosidades:
     Ha sido reconocido como el mayor ser vivo de la Tierra y no estamos hablando de ningún animal gigante, ni tampoco de un árbol de tronco imponente y colosal altura. Aparentemente estamos ante un bosque de cerca de 43 hectáreas de extensión, pero en realidad se trata de un único árbol con cerca de 47.000 tallos unidos a una raíz común y con 6.000 toneladas de peso que le avalan para la consecución de su titulo como el mayor organismo vivo. Hablamos de “Pando”, conocido por el sobrenombre de “El Gigante Tembloroso”, una enorme colonia clonal masculina surgida a partir de un único álamo temblón (Populus tremuloides) hace ya más de ochenta mil años. “Pando” se desarrolló en esta época remota favorecido por los frecuentes y intensos incendios que evitaron que su principal competidor, las coníferas, se apoderaran de los terrenos que ambos compartían. Así, de su potente sistema de raíces surgían nuevos tallos que reemplazaban una y otra vez a los calcinados por el fuego, superando las adversidades que sus competidores no eran capaces de salvar.
Colonia clonal "Pando"
( aunque tenga el aspecto de un bosque normal en
realidad se trata de un solo árbol de 47.000 tallos)
     Entre incendios y glaciaciones, “Pando” supo sobrevivir gracias a sus raíces. Al ser una colonia clonal masculina nunca produjo semillas, creación de semillas que, por otro lado, se hubiera visto dificultada por los continuos cambios climáticos. Pero, ¿quién necesita semillas para reproducirse cuando se posee un sistema radical tan formidable? (de hecho se calcula que hace cerca de 10.000 años que tuvo su última floración).
     En nuestros días “El Gigante Tembloroso” continúa en el mismo enclave en el que nació, hoy llamado “Parque Nacional de Fish Lake” en el extremo oeste de la Meseta del Colorado, en el estado de Utah (EE.UU.), en donde lo pueden visitar tanto admiradores como escépticos, ya que hay algunos entre estos últimos que desconfían de la identidad única de este organismo, dato que por otra parte ha sido ratificado mediante pruebas de ADN en las que se ha comprobado que todos los tallos son genéticamente idénticos. De hecho “Pando”, que por cierto en latín significa “(yo) esparzo”, no es la única colonia clonal de álamos temblones que “esparció” sus raíces por los suelos norteamericanos, existen otros organismos parecidos, pero menores. Aunque hay otro álamo en Utah que podría batir su récord y que puede que alcance las 80 hectáreas. También existe otra enorme colonia clonal formada por 7 sequoias que pretende optar al título, pero va a ser bastante difícil demostrarlo, ya que recordemos que el tamaño no se mide por su extensión sino por su peso total, cosa difícil de calcular, más aún cuando se comparte superficie con otros 6 semejantes.

domingo, 14 de noviembre de 2010

DICCIONARIO DE PALABROS


Diccionario: Libro en el que, por orden generalmente alfabético, se contienen y definen todas las palabras de un idioma o de una materia o disciplina determinadas.
Palabro: Palabreja, palabra extraña o rara que provoca un efecto de extrañamiento al oyente.



GLOSARIO DE BOTÁNICA



Actinomorfo: Órgano, generalmente flores, con simetría radial.
Acodo aéreo: Método de reproducción de las plantas. Se practica una incisión en la corteza de una rama, rodeando el punto con algún material de protección o bien con tierra, sosteniendo todo el conjunto mediante una funda. A la altura de la incisión aparecen raíces; entonces puede cortarse al nivel adecuado y proceder a su enraizamiento en el sustrato conveniente.
Acorazonado: En forma de corazón.
Acúleo: Aguijón.
Adnato: Crecido conjuntamente con otro órgano, al mismo tiempo.
Adventicio: Ocasional, que no ocurre normalmente.
Afilo: Carente de hojas.
Agamia: Reproducción asexual.
Agámico: Carente de órganos sexuales.
Alado: Con expansiones delgadas laterales semejantes a unas alas.
Amacollado: Aproximación de las ramificaciones a la base del tallo.
Androceo: Parte masculina de la flor; está formada por el conjunto de los estambres.
Antera: Parte de los estambres que contienen el polen.
Apical: Situado en la punta o ápice de los tallos, ramas, inflorescencias, etc.
Aquenio: Fruto seco indehiscente, que contiene una sola semilla.
Arilo: Parte externa, casi siempre carnosa, frecuentemente coloreada, que aparece junto a las semillas.
Armado: Provisto de órganos de defensa, generalmente espinas o acúleos.
Atenuado: Órgano que se estrecha a medida que se aproxima a su ápice, incluso a veces sucede en la base.
Axila: Ángulo formado por una ramificación o un pecíolo respecto al tallo del que deriva.
Axilar: Situado en una axila.
Axonomorfa: Raíz principal, originada a partir del cuello de la planta y opuesta al tallo; posee un desarrollo predominante con respecto a las otras raíces secundarias de la planta.
Baya: Fruto carnoso e indehiscente, que puede contener una o varias semillas.
Bífico: Dividido longitudinalmente en dos partes.
Bipartido: Dividido en dos partes muy profundas y separadas.
Bipinnada: Hoja compuesta, cuyo raquis está ramificado en partes secundarias que son las que sostienen directamente a los foliolos.
Bráctea: Hoja modificada que puede adoptar diversas coloraciones, de forma y consistencia varia, y que cuando aparece se sitúa sobre las partes foliares o floreales.
Bulbo: Tallo subterráneo muy reducido y engrosado, con una sola yema central.
Caduco: Órgano que se pierde rápidamente, prematuramente.
Cáliz: Invólucro externo de la yema floral que tiene encomendadas las funciones protectoras de los órganos internos de la flor.
Capilar: Delgado como un cabello.
Cápsula: Fruto seco, dehiscente.
Caule: Tallo.
Cauliflora: Se dice de la planta leñosa que produce las flores directamente sobre el tronco de una cierta edad.
Cespitoso: Se dice de la planta que tiende a ser rastrera.
Cladodio: Ramificaciones aplastadas que asumen funciones propias de las hojas.
Clon: En biología se utiliza este término para indicar al conjunto de individuos procedentes, por multiplicación agámica, de un único individuo inicial.
Compuesta: Formada por varias partes, por ejemplo una hoja compuesta está formada por varios foliolos independientes.
Connato: Unido, órgano adherido a otro.
Corola: Parte de la flor, más o menos desarrollada, que tiene misiones protectoras y también de reclamo hacia los insectos que cuidan de la polinización. La corola está compuesta por los pétalos; si los pétalos están unidos, se denomina gamopétala y en caso contrario dialipétala.
Cotiledón: Hoja primordial del embrión que tiene misión de nutrición.
Cuello: Zona de transición entre las raíces y el tallo.
Culmo: Tallo cilíndrico, hueco y que contiene médula.
Cultivar: Nombre convencional con el que se suele designar a los individuos procedente de cruzamiento a lo largo de las series de cultivo.
Cuneado: En forma de cúneo, con la parte delgada unida al punto de arranque.
Cuspidado: Que termina en punta aguda.
Deciduo: Que posee una función limitada en el tiempo, y se utiliza en especial para la plantas que pierden su hoja en invierno o bien durante la estación seca.
Decumbente: Que se inclina o se adapta sobre el sustrato, pero con la parte apical siempre ascendente.
Decusado: Puesto ortogonalmente, por ejemplo el caso de dos hojas opuestas que forman una especie de cruz con el par situado anteriormente en el tallo y el posterior.
Dehiscente: Fruto que se abre espontáneamente liberando con ello a las semillas.
Deltoide: Triangular.
Dentado: Con dientes, por lo general cortos y rectos.
Dialipétala: Corola con los pétalos separados.
Dicotiledónea: Planta en la que el embrión posee dos cotiledones.
Dicotómico: Bifurcado regularmente en dos ejes bastante divergentes.
Difuso: Ramificación irregular y esparcida.
Digitado: Con sus elementos dispuestos como los dedos de una mano abierta.
Dimorfo: Que tiene dos formas.
Dioecia: Con flores unisexuales sobre diferentes pies de plantas.
Dioico: Dícese de la especie que posee flores unisexuales sobre diferentes pies de plantas.
Diploide: Aplícase al organismo que tiene dos series de cromosomas, por oposición al número haploide, triploide o poliploide.
Disámara: Sámara doble, como la de los arces.
Disco: Excrecencia anular, generalmente glandulífera, que forma el tálamo dentro de la flor.
Discoide: Semejante a un disco, como los capítulos de las compuestas radiadas que tienen las lígulas muy pequeñas o abortadas.
Discoloro: De dos o varios colores. Dícese de la hoja que tiene el envés de distinto color o matiz que el haz. Se opone a concoloro.
Diseminación: Dispersión natural de las semillas.
Dístico: Inserto en dos filas.
Diurético: Que aumenta la secreción de orina.
Divaricado: Aplícase a las ramas y ejes secundarios que forman con el principal ángulos muy abiertos.
Doble: Hablando de la flor, dícese de la que tiene más pétalos de los normales, sean éstos de cualquier origen.
Dorso: Se llama así a la cara más apartada del eje sobre el que nace. En el caso de las hojas corresponde al envés.
Drepanio: Inflorescencia en cima escorpioide con todas las ramitas en un mismo plano.
Drupa: Fruto carnoso con un solo hueso. Se compone de un carpelo y procede de un ovario súpero.
Drupáceo: De aspecto de drupa.
Duramen: Conjunto de anillos centrales del tronco de un árbol que generalmente son de un color más oscuro que el resto. El duramen está formado por vasos leñosos muertos que ya no conducen savia bruta, pero que sirven para dar resistencia al vegetal.
Edafología. Ciencia que estudia el suelo.
Embrión. Primordio de la planta en el que aparecen ya esbozadas la raíz, el tallo y las hojas, junto con materia de reserva en los propios cotiledones o en tejidos nutricios adyacentes. Se halla encerrado en la semilla y puede permanecer en estado latente muchísimo tiempo.
Emético. Dícese de la sustancia que provoca el vómito.
Emoliente. Sustancia que relaja y ablanda las partes inflamadas.
Endémico, ca. Oriundo del lugar en que se encuentra de forma natural. Se opone a exótico y naturalizado.
Endocarpo. Capa interna del pericarpo.
Endospermo. Tejido interno de las semillas.Tejido del embrión de las plantas fanerógamas, que les sirve de alimento.
Envainador. Que forma vaina y rodea parcial o totalmente un miembro u órgano de la planta.
Envés. Cara inferior de la hoja. Se opone a haz.
Epicarpo. Capa externa del pericarpo.
Epífito. Aplícase a las plantas que viven sobre otras plantas sin sacar de ellas ningún nutriente.
Epigeo. Aplícase a cualquier órgano vegetal que se desarrolla sobre el suelo.
Escama. Cada una de las piezas que configuran las piñas de las coníferas. Tiene otras aplicaciones, en general a cualquier órgano foliáceo de forma y consistencia parecida a las escamas de los peces y otros animales.
Escamiforme. De forma de escama.
Escarioso, sa. Aplícase a los órganos de naturaleza foliar que tienen consistencia membranosa y son más o menos tiesos y secos, generalmente translúcidos.
Escudete. Protuberancia de forma piramidal de las escamas seminíferas de los estróbilos de los pinos.
Especie. En la sistemática botánica, jerarquía comprendida entre el género o subgénero y la variedad o subespecie.
Espícula. Inflorescencia elemental típica de las gramíneas. Consiste en una pequeña espiga formada por un eje corto en cuya base suelen haber dos brácteas estériles, llamadas glumas, y luego las flores, generalmente en escaso número y dispuestas en dos filas.
Espiga. Inflorescencia simple de flores sésiles o casi sésiles, generalmente erectas. Se diferencia del racimo en que las flores carecen de pedicelo o lo tienen tan corto que se da por inexistente. Las gramíneas tienen espigas compuestas, que son espigas de espigas.
Espolón. Prolongación tubulosa y aguda situada en la base de los órganos foliares (sépalos, pétalos) de algunas flores. A veces es denominado espuela, que es diminutivo de espolón.
Espora. Se denomina así al germen unicelular reproductor de las plantas criptógamas.
Esqueje. Fragmento de una planta que se introduce en un sustrato hasta formar una nueva planta. Estaca.
Estaca. Fragmento de tallo endurecido que se planta para que enraíce y forme una nueva planta. Su diferencia con el esqueje estriba en su consistencia.
Estambre. Órgano masculino en la flor de las fanerógamas, que es una hoja transformada. Consta de la antera y, generalmente, de un filamento que la sostiene.
Estéril. Que no da fruto, no produce nada o no puede reproducirse.
Estigma. Cuerpo glanduloso, colocado en la parte superior del pistilo y que recibe el polen en el acto de la fecundación de las plantas.
Estilo. Columna pequeña, hueca o esponjosa, existente en la mayoría de las flores, que arranca del ovario y sostiene el estigma.
Estípula. Apéndice laminar que se presenta con frecuencia en la base de la hoja.
Estolón. Brote lateral, más o menos delgado y a menudo muy largo, que nace de la base de los tallos, tanto si se arrastra por la superficie del suelo como si se desarrolla debajo de él, y que, enraizando, engendra nuevos individuos y propaga de manera vegetativa a la planta.
Estoma. Abertura diminuta que aparece en la epidermis de los órganos verdes de las plantas superiores.
Estróbilo. Formación fructífera de las coníferas (Piña). Infrutescencia de los pinos y otras muchas coníferas, en la que sobre un eje vertical van insertas helicoidalmente las escamas que amparan las semillas.
Excrecencia. Crecimiento externo suplementario de un órgano.
Exfoliar. Caer la corteza en placas o láminas.
Fanerógamo. Comprende a aquellos vegetales que tienen una reproducción sexual aparente, con los órganos sexuales a la vista. Este vocablo está desechado hoy en día. Se opone a criptógamo.
Fasciculado. Agrupado formando un hacecillo.
Febrífugo. Sustancia que hace desaparecer o disminuye la fiebre.
Fecundación. Unión de dos células sexuales.
Fenología. Estudio de los fenómenos biológicos acomodados a un ritmo periódico.
Fenótipo. Apariencia externa de los caracteres que se perciben en un individuo dentro del medio en que se desarrolla. Se opone a genótipo.
Fértil. Que está en condiciones de reproducirse.
Festoneado. Con festones en el borde. Crenado.
Filamento. Parte del estambre de las flores que sujeta la antera.
Foliación. Salida y desarrollo de las hojas.
Foliar. Relativo a la hoja.
Folículo. Fruto monocarpelar, seco y dehiscente, que se abre por la sutura ventral, generalmente con varias semillas.
Folíolo. Cada una de las hojuelas de la hoja compuesta.
Fronde. Hoja de los helechos.
Funículo. Cordoncito o filamento que une los rudimentos seminales y luego las semillas a la placenta.
Fusiforme. En forma de huso.
Gameto. Célula diferenciada sexualmente destinada a tomar parte en un proceso de fecundación.
Gamopétala: Corola con los pétalos unidos.
Gimnospermas. Dícese de las plantas que tienen las semillas al descubierto, o por lo menos sin la protección de un verdadero pericarpo. Sin un fruto propiamente dicho. Se opone a angiospermas.
Gineceo. Verticilo floral femenino de las plantas fanerógamas, constituido por uno o más carpelos, que forman el pistilo.
Glabro. Desprovisto absolutamente de pelos.
Glauco. De color verde claro, con matices azulados.
Glomérulo. Cima muy contraida de forma globosa.
Haz. Parte superior de la lámina de la hoja. Se opone a envés. También significa manojo o fascículo de elementos alargados.
Hendido. Dividido en lóbulos o lacinias.
Herbácea. Plantas con flor de tejidos blandos, pero puede atribuirse también a helechos, musgos y equisetos.
Hermafrodita. Dicho de un vegetal cuyas flores reúnen en sí ambos sexos.
Heterofilo. Se dice de la planta que manifiesta el fenómeno de polimorfismo de las hojas normales.
Híbrido. Individuo resultante del cruzamiento o unión sexual de individuos con diferencias genéticas en su genotipo.
Hidrófito. Planta acuática, sumergida o flotante.
Imbricado. Dícese de las hojas y órganos foliáceos que estando muy próximos llegan a cubrirse por los bordes.
Imparipinnado. Hoja pinnada cuyo raquis acaba en un folíolo.
Indehiscente. Que no se abre después de la maduración.
Ínfero. Se aplica al ovario que ocupa una posición inferior con respecto a la flor. Es concrescente con el tálamo. Se dice del tipo de ovario de las fanerógamas que se desarrolla por debajo del cáliz, como en el membrillo y otras rosáceas.
Inflorescencia. Agrupación de flores. Cuando una flor nace solitaria no hay inflorescencia, pues el término inflorescencia implica ramificación. Existen dos grandes grupos de inflorescencias. Las racemosas y las cimosas. A su vez, pueden ser simples y compuestas, según que el eje principal produzca ramitas unifloras o plurifloras. Por lo general las inflorescencias tienen brácteas y bractéolas de forma, desarrollo, consistencia y colorido muy variable. Ver racimo, espiga, espadice, corimbo, umbela, capítulo, cima, dicasio, cincino, panícula, tirso.
Infrutescencia. Agrupación de frutos.
Invólucro: Verticilo de brácteas situado en la base de una flor o de una inflorescencia.
Labiado. Dícese de la flor que tiene el cáliz o la corola provisto de labios, generalmente de dos.
Lampiño. Sin pelos. Lo opuesto a Glabro.
Lanceolado. Que tiene forma de lanza.
Látex. Jugo lechoso blanquecino o amarillento por lo general, que brota de las heridas de numerosas plantas.
Laticífero. Que contiene látex.
Latifolio. De hoja ancha. Es lo opuesto de angustifolio.
Laurisilva. Bosques de plantas tipo laurel.
Laxante. Sustancia purgativa suave que no irrita el intestino.
Lignificado. Aplícase a las membranas celulares en las que se ha depositado lignina, aumentando de volumen y de rigidez.
Limbo. Porción laminar de la hoja. Es sinónimo de lámina. En las corolas gamopétalas, la parte libre de los pétalos que forma una orla en el extremo del tubo.
Litófito. Dícese de las plantas terrestres que viven en suelos rocosos secos.
Macaronesia. Región botánica formada por los archipiélagos e islas atlánticas de Canarias, Madeira, Azores y Cabo Verde.
Marcescente. Dícese de las hojas que se secan en la planta sin desprenderse.
Melífero. Que tienen miel o néctar. Aplícase a las flores que atraen notablemente a las abejas.
Mesocarpo. Parte media del pericarpo, comprendida entre el epicarpo y el endocarpo.
Micorriza. Unión íntima de la raíz de una planta con las hifas de determinados hongos.
Monocotiledóneas. Clase de angiospermas caracterizadas por el embrión con un solo cotiledón, por sus raíces secundarias y adventícias, que no poseen crecimiento secundario en grosor, y por sus hojas casi siempre sésiles y de nerviación paralela.
Monoico. Dícese de la especie cuya distribución de órganos sexuales se produce en flores distintas pero sobre el mismo pie.
Monómero. Constituido por una sola parte.
Monospermo. Con una sola semilla.
Nectario. Órgano que produce néctar.
Nervado. Provisto de nervadura.
Nervadura. Conjunto y disposición de los nervios de una hoja.
Neumatóforo. Raíz con geotropismo negativo propia de plantas de suelos pantanosos.
Nitrófilo. Aplícase a las plantas que viven en suelos ricos en nitrógeno.
Nuciforme. Parecido a una nuez.
Núcula. Diminutivo de nuez.
Nudo. Punto de inserción de algún órgano apendicular al eje de la planta.
Oblanceolado. Con forma oblonga y lanceolada.
Oblongo. Más largo que ancho o excesivamente largo.
Obovado. De forma ovada, pero con la parte ancha en el ápice.
Ócrea. Conjunto de dos estípulas axilares membranosas, concrescentes totalmente por ambos bordes en una pieza que, rodeando y envolviendo el ápice caulinar cuando la hoja no se ha desarrollado por completo, es atravesado luego por el tallo, al que circunda a modo de una vaina. Es típica de la familia Poligonaceae.
Oleífero. Que contiene aceite.
Ombligo. Apófisis de la escama de las piñas de los pinos el primer año o centro de la escama de la piña desarrollada.
Opérculo. Organo a modo de tapadera que se desprende en un capullo, fruto, etc.
Ovado. Con forma de huevo, con la parte más ancha en la base. Se aplica a órganos laminares.
Ovario. Parte inferior del pistilo, que contiene los óvulos.
Oviforme. Ovado o aovado.
Ovulo. Cada uno de los cuerpos esferoidales en el ovario de la flor, en que se produce la oosfera, rodeados por una doble membrana provista de un orificio o micropilo.
Palmatisecto. Organo foliáceo con nervadura palmeada dividido en segmentos que llegan hasta su base.
Palmeado. De forma semejante a la mano abierta.
Palustre. Dícese de la planta que vive en los charcos y pantanos.
Panícula. Inflorescencia compuesta en la que los ramitos van decreciendo de la base al ápice, dándole aspecto piramidal.
Papila. Cada una de las prominencias cónicas que tienen ciertos órganos de algunos vegetales.
Papilionado. Dícese de las flores con corola semejante a una mariposa, como en el caso de ciertas leguminosas. Este tipo corresponde a flores dialipétalas zigomorfas pentámeras en que el pétalo posterior es de mayor tamaño y se denomina estandarte, los dos laterales se denominan alas y envuelven a los inferiores, que son más o menos concrescentes y constituyen la quilla.
Paripinnado. Dícese de la hoja pinnada cuyo raquis carece de folíolo terminal.
Peciolado. Provisto de pecíolo.
Pecíolo. Rabillo que une la lámina de la hoja al tallo.
Pectina. Polisacárido vegetal que se halla disuelto en el jugo de muchos frutos maduros.
Pedunculado. Dotado de pedúnculo.
Pedúnculo. Cabillo de una flor que nace solitaria o de una inflorescencia. También se le aplica al cabillo que sostiene el fruto.
Peloso. Que tiene pelo.
Peltado. Dícese de las hojas de lámina redondeada y con el pecíolo inserto en el centro.
Pentámero. Constituido por 5 elementos.
Pepita. Recibe esta denominación la semilla de algunas frutas.
Perenne. Dícese del vegetal que vive tres o más años.
Perennifolio. Denominación de los árboles y arbustos verdes todo el año. Siempreverde. Que tiene hojas durante todo el año.
Perianto. Envoltura floral compuesta del cáliz, calículo y corola.
Pericarpelo. Parte del receptáculo de origen axial que rodea el ovario de las Cactáceas.
Pericarpo. Parte del fruto que rodea la semilla y la protege. Está formado por tres capas: epicarpo, endocarpo y mesocarpo.
Pétalo. En la corola, cada una de las hojas que la componen. Hoja transformada, por lo común de bellos colores, que forma parte de la corola de la flor.
Petaloide. Con aspecto de pétalo.
Pilosidad. Que tiene pelos.
Piloso. Peloso.
Pinna. En las hojas compuestas, sinónimo de folíolo.
Pinnado. Dícese de la hoja compuesta con folíolos a ambos lados del raquis.
Piriforme. De forma parecida a una pera.
Pistilo. Usualmente sinónimo de gineceo. Carpelos que integran el gineceo.
Polen. Conjunto de granos diminutos contenidos en las anteras de las flores, cada uno de los cuales está constituido por dos células rodeadas en común por dos membranas resistentes en cargado de la fecundación.
Poliaquenio. Fruto constituido por numerosos aquenios. Es típico de Ranunculaceas.
Policárpico. Dícese de la planta que florece varias veces y que no muere después de fructificar, como ocurre con las monocárpicas.
Polimorfo. Con formas variadas.
Polinizar. Hacer que llegue el polen desde la antera hasta el estigma o hasta la abertura micropilar se si trata de una gimnosperma.
Polipétalo. De muchos o varios pétalos.
Polispermo. De muchas semillas.
Pomo. Fruto redondeado o piriforme, carnoso e indehiscente, con la parte central dividida en tantos compartimentos como carpelos, de consistencia coriácea y con pepitas. Procede de un ovario sincárpico e ínfero, generalmente con 5 carpelos.
Pruína. Revestimiento céreo tenuísimo de la cutícula de muchos tallos, hojas, frutos, etc., que le da aspecto glauco.
Pruinoso. Que tiene pruina.
Pubescente. Dícese de cualquier órgano vegetal cubierto de pelo fino y suave.
Racimo. Inflorescencia que consta de un eje indefinido a cuyos lados van brotando flores sobre pedicelos distantes. Del racimo se derivan la espiga, el espadice, la umbela y el capítulo.
Radical. Concerniente o relativo a la raíz.
Raíz. órgano de las plantas que crece en dirección contraria al tallo y que introducido en la tierra le sirve para absorber agua y nutrientes y como sostén.
Rama. Cada una de las partes en que se divide el tronco o tallo de una planta. Las ramas primarias se dividen en ramas secundarias, y éstas en ramos, que a su vez se dividen en ramillas.
Raquis. Nervio medio de las hojas compuestas sobre el que se insertan los folíolos.
Rastrero. Dícese del tallo o rizoma que se tumba y crece apoyado en el suelo.
Receptáculo. Extremo ensanchado o engrosado del pedúnculo, casi siempre carnoso, donde se asientan los verticilos de la flor o las flores de una inflorescencia.
Reniforme. Con forma o figura de riñón. Arriñonado.
Reticulado. En forma de retícula o como una red.
Revoluto. Dícese de la hoja adulta con los bordes encorvados sobre el envés. En la vernación, dícese de la hoja que se encorva por sus bordes sobre el envés.
Rizoma. Se llama así a los tallos subterráneos, que carecen lógicamente de hojas y en su lugar pueden tener catafilos, normalmente en forma de membranas escamosas.
Rizomatoso. Dícese de la planta provista de rizomas.
Rupícola. Dícese del vegetal que se cría en los peñascos.
Sámara. Aquenio provisto de una producción membranosa en forma de ala para facilitar su dispersión.
Semilla. Embrión en estado de vida latente acompañado o no de tejido nutricio y protegido por cubiertas. Procede del rudimento seminal. Parte del fruto de las fanerógamas, que contiene el embrión de una futura planta, protegido por una testa, derivada de los tegumentos del primordio seminal.
Seminal. Relativo a la semilla.
Sépalo. Hoja transformada, generalmente recia y de color verdoso, que forma parte del cáliz o verticilo externo de las flores heteroclamídeas.
Silicua: Fruto sincárpico, seco, dehiscente, polispermo, que se abre en dos valvas caedizas dejando un falso tabique. Su longitud es 3-4 veces más largo que ancho. Fruto típico de las Crucíferas.
Silícula: Silicua corta en que la longitud es menos de 3-4 veces más largo que ancho.
Silvicultura. Ciencia que trata del cultivo de los bosques o montes.
Simbiosis. Vida en común de dos o más organismos.
Sinuado,da. Que tiene senos poco profundos.
Súber. Tejido secundario de función protectora que sustituye a la epidermis.
Suberoso,sa. Que contiene súber.
Suculento,ta. Carnoso y grueso, con numerosos jugos. Craso.
Sufrutescente. Dícese de la planta parecida a un arbusto, de pequeño tamaño y sólo lignificada en la base. Mata, subarbusto, sufruticoso.
Sufruticoso,sa. Sufrutescente.
Súpero. Se aplica al ovario que ocupa una posición superior con respecto a la flor. Está unido al tálamo sólo por su base.
Sustrato. Dícese en sentido general de la sustancia sobre la cual la planta vegeta, tanto superficialmente como penetrando en ella, puede ser tierra o cualquier otra sustancia. En Horticultura se utilizan muchísimos sustratos artificiales formados muchas veces por la mezcla de varias sustancias en diversas proporciones.
Tálamo. Porción axial en que se asientan los diversos verticilos de una flor. Receptáculo.
Tallo. Porción del eje de la planta que tiene hojas. Puede ser simple o ramificado. Los tallos subterráneos reciben la denominación de rizomas, tubérculos o bulbos. Los tallos subterráneos tienen hojas rudimentarias denominadas catafilos.
Tanino. Principio inmediato vegetal de sabor astringente.
Taxonomía botánica. Es la ciencia que se ocupa de la clasificación de las plantas.
Tegumento. Organo o parte orgánica que envuelve a otro y le da protección.
Tépalo. Antofilo del perigonio. Reciben este nombre el conjunto de sépalos y pétalos.
Tetrámero. Con sus partes en número de cuatro.
Tomento. Conjunto de pelos simples o ramificados, muy juntos.
Tomentoso. Cubierto de tomento.
Tortuoso. Intricado o enmarañado.
Truncado. Rematado en un plano transversal.
Tubérculo. Porción de tallo engrosada generalmente subterránea. Los tubérculos son ricos en sustancias de reserva. En su superficie suelen tener catafilos y yemas. Se confunden a menudo con las raíces tuberosas. También, por extensión, se dice de cualquier prominencia verrucosa más o menos redondeada de la superficie de un órgano. En las Cactáceas reciben esta denominación las protuberancias más o menos cónicas o en forma de mamila que cubren el tallo. Cada tubérculo es un podario.
Tuberobulbo. Tubérculo más o menos redondeado cubierto exteriormente por túnicas foliares, catafilos o bases de las hojas.
Tuberoso. Que tiene tubérculo o tubérculos.
Umbela. Inflorescencia con el extremo del raquis o eje principal ensanchado formando un receptáculo, del cual parten los pedicelos, todos de igual longitud.
Umbeliforme. De forma de umbela.
Umbilicado. Dícese del órgano que presenta una depresión a modo de ombligo
Uníparo. Que no produce más que una sola flor.
Vaina. Base de la hoja ensanchada que abraza a la ramita que la inserta. También se le denomina así al fruto de las leguminosas.
Valva. Cada una de las divisiones profundas de algunos frutos secos dehiscentes.
Variegado. Que tiene colores diversos.
Vástago. Conjunto del tallo o eje caulinar y las hojas, de manera que se contrapone al concepto de raíz. También se utiliza este término para definir al brote o ramo nuevo que surge de la planta.
Vegetativo. Que realiza funciones vitales a excepción de las reproductoras.
Vermífugo. Sustancia que elimina o expulsa las lombrices intestinales.
Verticilo. Conjunto de dos o más hojas que brotan a un mismo nivel del eje caulinar.
Vesícula. Ampolla llena de líquido o aire.
Voluble. Dícese de la planta trepadora que se enrosca mediante vueltas del tallo.
Zarcillo. Órgano filamentoso que se enrolla y que utiliza la planta para trepar.
Zigomorfo. Se dice del tipo de verticilo de las flores cuyas partes, singularmente sépalos, pétalos o tépalos, se disponen simétricamente a un lado y a otro de un plano que divide la flor en dos mitades, como ocurre en la del guisante, en la boca de dragón, etc. Se opone a actinomorfo.


Nos hemos ayudado en la creación de este glosario en las siguientes fuentes: La enciclopedia Encarta de Microsoft en su versión 2007, la enciclopedia Libre Wikipedia, así como la "Guía de árboles" de Ediciones Grijalbo, 1979.