miércoles, 16 de junio de 2010

BAOBAB

     Madagascar, la isla continente, o mejor, la isla mundo, al menos para sus primitivos pobladores. Madagascar, apenas ayer, cuando el tiempo no se contaba y las palabras no existían. Isla, continente o mundo en una no tan remota época sin nombres y sin hombres.
     Durante eones nada perturbó la paz y la vida de este gigantesco trozo de tierra firme desgajado de África y a la deriva por el océano Índico. Pero hoy una pequeña conmoción se ha producido, la inquietud atraviesa el corazón de sus moradores ancestrales llenándoles de incertidumbre y angustia.
     -“ Los he visto llegando por el mar a las costas del Naciente sobre troncos flotantes. No parecen ser, sin embargo, hijos del mar y presiento que tienen intención de establecerse. Caminan siempre erguidos, como nosotros mismos caminamos en tantas ocasiones y son altos, Indri, el doble de altos que tú, aunque no tan altos, ni aparentemente tan fuertes, como nuestros parientes de las montañas del interior. Además son capaces de producir y dominar el fuego con el que iluminan su campamento durante la noche, el mismo fuego que nace de los volcanes y de las tormentas y que tanto temor nos infunde con su poder de muerte y su capacidad de destrucción”-.
     Indri escuchó con atención y preocupación el relato de su amigo, el enmascarado Sifax. En la planicie arbolada por la que caminan, salpicada aquí y allá de los extraños árboles brújula, pasta un grupo poco numeroso de aves elefante. Arriba, en el cielo, pegada al sol, invisible e ingrávida, otea el águila coronada. Delante de ellos, a pocos pasos, un dragón cruza su lento andar, como un presagio nada halagüeño tiene triste el ojo que mira al porvenir.
     -“Hemos de convocar el Consejo de Notables, avisar a las tribus de la selva oriental, a los habitantes de las montañas de la niebla, a los clanes que viven en el bosque seco de las llanuras que miran al poniente. Debemos reunirnos sin premura bajo el árbol del Consejo, no hay tiempo que perder. No sabemos cuales son las intenciones de los recién llegados y, si se confirmaran tus presentimientos, es posible que nos enfrentemos a la más terrible amenaza en la historia de nuestro mundo".
      Apenas tres días tardaron los representantes de los 75 linajes en acudir a la reunión concertada. Pero allí estaban también como invitados, a la sombra del gran árbol, algunos individuos de los recién llegados; son seres de piel clara que se llaman a sí mismos Vazimbas.
     De aquella reunión nada ha trascendido. Pero desde ese día el tiempo comenzó a contar sin duda hacia atrás en la vida de los habitantes de Madagascar. Mientras el grupo humano de los Vazimbas se extendía por todas partes, las palabras empezaron a sonar y con ellas aparecieron también los nombres. Los nuevos dominadores postergaron a las tribus originales cuyos miembros recibieron el nombre de “espíritus de la noche”. También el gran árbol del Consejo, capaz de almacenar el agua en su interior, pasó a llamarse “árbol de los mil años”. Mientras su existencia se iluminaba con los nombres, se apagaba, paradójicamente, en infinidad de casos, para la propia vida.
     Contados estaban los días para los grandes espíritus de la noche, los que habitaban las montañas del interior, así como para las aves elefante y para las águilas coronadas gigantes, entre tantos y tantos otros seres fabulosos.

Datos para comprender mejor el relato:
     Los protagonistas de la historia (los primitivos pobladores) son los lémures (del latín lemur o espíritu de la noche) , los únicos primates existentes en Madagascar durante millones de años hasta la llegada de los humanos. Muchas especies de lémures se extinguieron por la acción directa o indirecta del hombre, entre ellas los lémures gigantes del tamaño de un orangután (o de un hombre) y peso superior a los 100 Kg. El ave más grande del planeta que pudieron contemplar ojos humanos, el ave elefante, que superaba los 3 m. de altura, también desapareció en pocos siglos acaso en la olla de tan temibles inmigrantes.

BAOBAB
Adansonia sp.
Baobab, Árbol botella.
Familia: Bombaceae
Lugar de origen: Madagascar, África y Australia.
Etimología: Del árabe buhibab (que significa “árbol de los mil años”)

     El baobab es uno de los árboles más curiosos del planeta. No destaca por la belleza de su follaje ni por la vistosidad y aroma de sus flores y sin embargo, aunque no alcance las dimensiones de una secuoya gigante es indudable la belleza de su fastuosa presencia. De extraordinaria longevidad pueden alcanzar hasta los 3.000 años de vida.
     Existen ocho especies de baobab, siete de ellas las encontramos en África (seis son endémicas de Madagascar) y una en Australia.

Descripción:
     Es un árbol leñoso de hoja caduca y madera blanda. Esta madera es la que posibilita que dentro del árbol se puedan almacenar miles de litros de agua, que la planta consumirá durante las épocas de sequía. De singular aspecto, de porte ancho y abierto en la copa con un enorme tronco rechoncho, puede alcanzar una altura de algo más de treinta metros y una anchura que llega a los doce metros de diámetro. Estas dimensiones varían en función de la especie: el Adansonia digitata, originario de África continental, o el Adansonia randidieri, de Madagascar, pueden medir más de 25 metros, mientras que la variante de Australia, Adansonia gibbosa, rara vez llega a los diez metros y el Adansonia rubrostipa suele medir la mitad. Sus flores son de color amarillo o blanco, se abren durante la noche y son polinizadas por los murciélagos; tienen forma de mano y son hermafroditas. Sus frutos son como un pequeño melón comestible y además puede molerse y asarse para elaborar una bebida semejante al café.

Cultivo: Se reproduce por semillas aunque es de difícil germinación. Se siembran en macetas mezclando tierra y mantillo a partes iguales. Los brotes se iniciarán a los diez días y es adecuado regarles al plantar y cuando el árbol esté cubierto de hojas pero es conveniente reducir el riego cuando tire las hojas, que es durante la mayor parte del año. Clima cálido y exposición soleada.

Utilización: Como árbol aislado. También en macetas y como bonsái.

Refranero:
-Ni la ciencia ni el tronco de un baobab pueden ser abarcados por una sola persona (refrán africano).

Propiedades medicinales:
La medicina tradicional africana utiliza las hojas como antidiarreico, febrífugo, antiinflamatorio y para tratar las filariasis (infecciones producidas por ciertos nematodos). Las hojas secas y pulverizadas se utilizan para combatir la anemia, el raquitismo, el asma y el reumatismo. Tienen propiedades emolientes. La pulpa sirve para combatir la diarrea, la disentería, la viruela y el sarampión. La corteza tiene propiedades febrífugas y es un remedio para las inflamaciones del tubo digestivo. La decocción de la fibra del fruto se utiliza en el tratamiento de las disfunciones menstruales y también como antidiarreico.

Curiosidades:
     El baobab es uno de los árboles emblemáticos de Madagascar, y como muchas especies vegetales, su origen encierra una leyenda. Cuentan en África que el baobab era uno de los árboles más bellos del continente, admirado por todos por su follaje y flores. Su vanidad creció tanto que los dioses lo castigaron, enterrando sus ramas y dejando a la vista sus raíces. En efecto, parece un árbol invertido que, con sus ramas extendidas en orden anárquico, pretende implorar el perdón de los dioses.
     Otra leyenda cuenta que si una persona bebe agua en la que se han mojado semillas de baobab, quedará protegido del ataque de los cocodrilos. Pero si osa arrancarle una flor, morirá devorado por un león.
     Además estos árboles son inspiradores de otras muchas historias. Se cuenta que existe un ejemplar tan inmenso que en su interior se aloja una estación de autobuses en la que pueden entrar 40 personas. Sobre otro se dice que es utilizado como cantina y que dentro de su tronco pueden llegar a juntarse 50 personas.
     Pero no todo es leyenda, ya que uno de sus atributos más impresionantes es que puede llegar a almacenar 120.000 litros de agua, algo sumamente importante en las zonas desérticas en las que suele crecer.

8 comentarios:

  1. Uno de mis arboles favoritos hace tiempo semille varios y salen genial!!!!! un precioso arbol.

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  2. Te felicito por todo lo que haces,la verdad es muy interesante con los relatos que escribes de cada ejemplar,ésto te engancha a seguir viendo mas y mas.A mi modo de ver lo único que te falta para ser completo, es una descripción de las plagas o "bichitos" que pueden afectar al ejemplar.Ej a la jara pringosa creo que la ataca una especie de ciempiés ¿Es cierto?
    Hasta pronto.TOLEDO

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  3. No tengo constancia de ninguna plaga específica de la jara pringosa, si exceptuamos el típico ataque de pulgón, muy característico en esta especie. Un miriápodo muy común es el cardador, que es un milpiés que no resulta perjudicial para las plantas, aunque va asociado a terrenos húmedos y tal vez por ello a la presencia de algún tipo de hongo.Por otro lado te agradezco tu sugferencia que sin duda tomaremos en cuenta para los próximos trabajos.
    Gracias.

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  4. yo soy una chica q le encanta la naturaleza como a casi a todos pero estosv arboles son fenomenales !ASI Q CUIDENLO PLIZZZZZZ!

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  5. mandenme un msm si les gusto mi comentario y quiero conocer mas chicos como yoooo xfaaaa!

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  6. cuiden los arboles siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

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  7. haaaaa se me olvidaba tambien subescribanse en los animales q se extinguieron siii plizzzzzz

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