El verano toca a su fin. La luz se acorta
y el glaciar que desciende de las montañas ha comenzado a despertar. ¿Será
este invierno, en la oscuridad de la noche interminable, cuando alcance por fin las
orillas de la hermosa bahía donde hace ya seiscientos años me miro en el
inmenso mar?. Soy la última de mi especie, llevo años rendida a esta evidencia.
Todas mis hermanas, una tras otra, lentamente, han sucumbido rodeadas,
engullidas y, finalmente, sepultadas en vida bajo este implacable e inhóspito
sarcófago de hielo. Sus esqueletos de madera emergen todavía algunos metros en
lo que fueron sus altas copas. La ladera blanca semeja un campo de cruces tan
bello como sobrecogedor.
Miro al norte (todo está al norte desde
la perspectiva de este vasto continente) para ver como se aleja el sol acaso ya
definitivamente. No muy lejos, sobre la lámina de un mar que también parece
derrotado, como un saludo postrero o tal vez como un adiós, una estela de vapor
se eleva al frío aire expulsada por el espiráculo de una ballena azul. En
tierra firme no queda ningún valle por donde fluya libre el agua dulce de un
arroyo, ni flores refulgiendo al amanecer, ni praderas peinadas por el viento,
ni cantos ni nidos de pájaros...
Ahora que yo misma siento el frío colarse
bajo mis raíces, con el continente prácticamente congelado, los inmensos
bosques desaparecidos con nombres todavía no inventados (un día serán cedros,
arrayanes, araucarias, coihues o lengas), imagino que está por llegar alguna
futura especie que dominará la tierra para ser cronista y notario de
existencias remotas como la mía. Otros continentes hermanos han conservado, por
fortuna, algunas líneas evolutivas de nuestro linaje. ¡Todo quedará escrito,
sin embargo, para quien sepa leerlo, en las rocas que se ocultan bajo el
hielo!.
12 de noviembre de 1912.
La luz por fin acaricia la banquisa
helada en esta primavera austral tras el desastre. Cubierta por la nieve apenas
sobresale la tienda y en su interior hemos hallado los cuerpos de tres de
nuestros infortunados compañeros. Son el doctor Wilson, Bowers y el jefe de la
expedición, el capitán Scott. No hay rastro de Evans ni tampoco de Oates. Mucho
ha debido de ser su padecimiento pero en este instante detenido para siempre
parece que la muerte, misericordiosa, los encontró entre sueños. Ahora sabemos
que lo lograron, la doble conquista del Polo Sur y de la eternidad. El diario
del capitán Scott todo lo explica como en un poema trágico. Entonces, que se
abra paso la leyenda.
Entre todos los objetos encontrados junto
a los cuerpos nos llama la atención una pequeña y extraña roca donde puede
verse la imagen fosilizada de una planta, tal vez una especie de árbol. ¿Habrá
sido este desolado continente en alguna época remota un paraíso forestal?. La
respuesta está escrita, para quien sepa leerla, en las rocas ocultas bajo el
hielo.
Fragmentación del supercontinente Pangea hasta la formación de los continentes tal como los conocemos en la actualidad. (Animación: Wikipedia) |
-EL CONTINENTE GONDWANA-
En 1912, el geofísico alemán Alfred
Wegener formuló su “teoría de la deriva continental” tras observar la manera en
que parecen encajar la forma de los continentes a cada lado del Océano
Atlántico. También observó que la fauna y la flora fósil encontrada en
continentes tan distantes eran sin embargo muy parecidas, lo que le llevó a
pensar que quizás todos los continentes en un principio pudieran haber estado
unidos en un único gran continente. A este supercontinente le denominó Pangea o
Pangaea. Se estima que se formó hace aproximadamente 300 millones de años (finales del período
Pérmico) cuando los continentes hasta entonces separados quedaron unidos, para
más tarde (en el Triásico y comienzos del Jurásico) volverse a fragmentar
producto de los movimientos de las placas tectónicas. Este proceso de
fragmentación provocó una primera división en dos grandes continentes: al norte
Laurasia (de donde surgieron posteriormente Eurasia y América del
Norte) y al sur Gondwana. Separados por el mar de Tetis, ambos continentes se
fueron alejando y fragmentándose a su vez. Así, a lo largo del Cretácico, de
Gondwana surgieron el continente Africano, el Indostán, Sudamérica, Australia,
Madagascar y la Antártida.
Fragmentación de Pangea y división en dos continentes: Laurasia al norte y Gondwana al sur. |
Las especies que encontramos en la
actualidad, pertenecientes a esta comunidad diferenciada de plantas, incluiría
varias familias de helechos como la Dicsonia y numerosas plantas con flor, pero
también plantas leñosas que incluyen coníferas como las araucarias y algunas
variedades de cipreses y cedros, así como distintas familias de angiospermas (Atherospermataceae,
Proteaceae, Winteraceae, Griseliniaceae, Cunoniaceae, etc.) y géneros como las fucsias (Fuchsia)
y las hayas australes (Nothofagus). La Antártida tiene un clima
demasiado frío y seco para mantener a estas plantas vasculares durante millones
de años por lo que en la actualidad su flora se reduce a algunas especies de
líquenes, musgos, hepáticas y algas. Cuenta también, sin embargo con dos
plantas con flor: Deschampsia antarctica (hierba pilosa antártica) y Colobanthus quitensis (hierba perla). No obstante se han hallado
numerosos restos fósiles que indican que durante el Mesozoico en la Antártida
dominaban un grupo de Gimnospermas cuyo mayor exponente eran las
araucarias, mientras que en el Cretácico aparecieron las Angiospermas
sobresaliendo particularmente un árbol, el “Haya del sur” del género Nothofagus.
-EL GÉNERO NOTHOFAGUS-
Las Notofagáceas (Nothofagaceae),
son una familia del Orden Fagales que reúne una serie de especies
arbóreas originarias del Hemisferio sur. Esta familia sólo contiene un género, Nothofagus,
conocidos en su conjunto como “hayas del sur” o “hayas antárticas”. Se les
llama así por estar emparentados con las hayas del hemisferio norte (género Fagus)
y de hecho, hasta la década de
los 90 eran clasificados como un género dentro de la familia Fagaceae.
Estas especies se caracterizan por tener flores poco visibles
cuyo polen es dispersado por el viento y se encuentran principalmente en las
zonas más meridionales del Sudamérica (Argentina y Chile), así como en
distintas zonas de Oceanía (Australia, Nueva Zelanda, Nueva Guinea y Nueva
Caledonia).
-ESPECIES SUDAMERICANAS-
Hojas de Nothofagus dombeyi. |
COIHUE
Nothofagus dombeyi, Mirb.
Coihue, coigüe,
coygüe.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
nothus que a su vez proviene del griego y que significa
“ilegítimo” y fagus es el nombre latino de las hayas. Así podríamos
traducirlo como “haya ilegítima” o “falsa haya”. El nombre específico Dombeyi
en honor a José Dombey, botánico francés (1742-1796).
Lugar de origen: Argentina y Chile
Descripción:
Es un árbol de
gran porte que puede alcanzar hasta los 45 metros de altura. Posee una corteza
finamente rugosa. Las hojas son persistentes de unos 3 cm de largo por 1,5 cm
de ancho, de color verde oscuro y textura coriácea y lustrosa. Tienen forma
lanceolada con los bordes aserrados y el ápice agudo. La base se presenta diseminada,
algo oblicua, con pecíolos cortos. Las flores masculinas se presentan por
separado de las femeninas pero en el mismo árbol. Son axilares, de pedúnculo
corto y se reúnen de tres en tres, tanto las masculinas como las femeninas. Los
frutos son triaquenios de 3-5 cm de longitud, los dos aquenios laterales son
trialados y el central bialado.
Hojas y flores de Nothofagus betuloides |
GUINDO
Nothofagus
betuloides, Mirb.
Guindo,
coihue blanco, coihue del Sur, coibo, upaya, ouchpaya, roble de Magallanes.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. Betuloides por el parecido de sus hojas
a las del abedul (betula).
Lugar
de origen: Bosques
andino-patagónicos.
Descripción:
Es
un árbol de copa angosta que puede alcanzar los 25 metros de altura, con la corteza
lisa y oscura en las ramas terminales. Las hojas son perennes, de forma aovada
con el borde claramente aserrado. Tiene un tamaño de unos 2 cm de largo por 1
cm de ancho y se presentan simples y alternas. Son verdes, coriáceas y
brillantes por el haz mientras que por el envés presenta unas glándulas
resiníferas. Las flores son unisexuales y monoicas. Las masculinas se presentan
axilares y solitarias mientras que las femeninas están reunidas en
inflorescencias cimosas. Los frutos están compuestos por tres aquenios rodeados
por una cúpulas. Los dos laterales son trialados y el central bialado.
Hojas de Nothofagus pumilio. |
LENGA
Nothofagus pumilio, (Poepp. et Endl.)
Lenga,
roble blanco, roble lenga, roble de Tierra de fuego, leñar.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. Pumilio, del latín = “enano”.
Lugar
de origen: Bosques
subantárticos de Argentina y Chile.
Descripción:
Es
un árbol de gran porte que llega a alcanzar los 30 metros de altura y de tronco
cilíndrico-cónico, con la corteza grisácea agrietada longitudinalmente en su
etapa de madurez. Las hojas son caducas, de unos 4 cm de largo por 2 cm de
ancho. Son simples, de disposición alterna y de forma elíptica con los bordes
crenados. La nervadura central es muy prominente y destaca por el envés. Las
nervaduras secundarias son paralelas o subparalelas entre las cuales se hallan
dos lóbulos, característica principal de las hojas de lenga. Las flores son
pequeñas y solitarias presentadas en las axilas de las hojas. Las femeninas tienen
el ovario ínfero trilocular. Las masculinas están compuestas por 15-20
estambres con largos y delgados filamentos y son de color ocre. Los frutos son
aquenios trialados recubiertos de una cúpula coriácea.
Hojas de Nothofagus antarctica. |
ÑIRE
Nothofagus antarctica, (Forst. Fill.)
Ñire,
ñirre, anís, roble.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. El nombre específico antarctica, debido
a su origen de las regiones antárticas.
Lugar
de origen: Cordillera
austral sudamericana.
Descripción:
Es
un árbol pequeño y de apariencia arbustiva en la zona norte de los bosques
andino-patagónicos, que puede alcanzar sin embargo, alturas de hasta 15 metros
en la isla grande de Tierra de Fuego. Su corteza es agrietada y de color pardo
oscuro. Las hojas son caducas, de forma aovada y base acorazonada con los
bordes finamente dentado y ondulado. Tienen unos 3 cm de largo por 1,5 cm de
ancho, son simples y se distribuyen de forma alterna. En el otoño, antes de
caer adquieren un vistoso color rojo-purpúreo. Las flores masculinas se
muestran solitarias en las axilas de las hojas sostenidas por un pedúnculo
corto. Las femeninas se muestran también en las axilas de las hojas y son
inflorescencias compuestas por tres flores. Los frutos son triaquenios de color
verde amarillento, con el aquenio central bialado y los dos laterales
trialados.
Hojas y fruto de Nothofagus alpina. Aspecto general y follaje otoñal de un rojo llamativo. |
RAULÍ
Nothufagus alpina, (Poepp.
et Endl.)
Raulí,
rewulí, roblín, cedro del sur.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. El nombre específico alpina, debido a
su ubicación montañosa.
Lugar
de origen: Argentina, en
una limitada zona de la provincia de Neuquén.
Descripción:
Es
un árbol que en condiciones adecuadas puede alcanzar los 35 metros de altura,
de fuste recto y largo y con la copa erguida. Su corteza es estriada o fisurada
de color pardo-grisácea. Sus hojas son caducas, simples y se distribuyen de
forma alterna. Son de forma ovalada a oblongas con el borde ligeramente
aserrado y poseen estípulas caducas y membranosas. Tiene unas hojas de gran
tamaño, de las más grandes de las especies de Nothofagus americanos
pudiendo llegar hasta los 12 cm de largo por 4 cm de ancho. Son de color verde
grisáceo y por el envés presenta pubescencia con una nervadura central
prominente. Las flores masculinas son solitarias o en racimos de 2 o 3 flores,
las femeninas siempre en número de tres en forma de cúpula. Los frutos son
triaquenios de 5 mm de largo.
Hojas y fruto de Nothofagus obliqua. |
ROBLE PELLÍN
Nothofagus obliqua,
(Mirb.)
Roble pellín,
roble de Neuquen, coyan, pellín, hualle.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. Obliqua, debido a la forma sesgada de
la base de sus hojas.
Lugar
de origen: Porción norte de
los bosques andino-patagónicos.
Descripción:
Es
un árbol de gran porte, con alturas de hasta 35 metros y corteza lisa y
grisácea en los ejemplares jóvenes, volviéndose gruesa y agrietada y de color
pardo oscura al envejecer. Las hojas son caducas, simples y alternas de tamaño
pequeño (de 2 a 5 cm de largo por 2 cm de ancho). De forma variable aunque
generalmente son oval-lanceoladas con el borde aserrado, el ápice acuminado y
la base oblicua. Son de color verde pálido con la nervadura más pronunciada por
el envés y con una yema prominente en la base de cada hoja. Las flores
masculinas son solitarias, axilares y tienen de 30 a 40 estambres. Las
inflorescencia femeninas son pubescentes y constan de tres flores formando una
cúpula. Los frutos son triaquenios casi leñosos de color blanco amarillento.
Hojas de Nothofagus alessandrii. |
RUIL
Nothofagus
alessandrii, (Esp.)
Ruil.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. Alessandrii, en honor a Arturo
Alessandri, presidente de la República de Chile entre 1920 y 1925 y entre 1932 y 1938.
Lugar
de origen: Endémico de
Chile, se encuentra circunscrito en una pequeña área de la Cordillera de la
Costa de la región del Maule.
Descripción:
Es
un árbol caducifolio de crecimiento cónico y de tronco recto que puede medir
hasta 30 metros de altura. La corteza es de color gris, irregularmente
fisurada. Sus hojas son simples y alternas y pueden ser ovaladas o lanceoladas,
con el borde aserrado. Muy grandes, de hasta 12 cm de largo por 8 cm de ancho y
con la nervadura primaria muy prominente. Son de color verde, adquiriendo tonos
rojizos o amarillentos antes de caer. Las flores son pequeñas y de color verde
pálido, sin pétalos y tanto las masculinas como las femeninas están
distribuidas en racimos. Las inflorescencias masculinas disponen de numerosos
estambres. El fruto es de 1 cm y está formado por 4 válvulas que pueden
contener hasta 7 nueces.
-ESPECIES DE OCEANÍA-
Nothofagus moorei. |
HAYA ANTÁRTICA
Nothofagus moorei, (F.J.Muell.)
Haya
antártica, haya de cabeza de negro (negrohead beech)
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. Moorei en honor al botánico escocés
Charles Moore (1820-1905), director del Real Jardín Botánico de Sidney.
Lugar
de origen: nativo de las
tierras altas del este de Australia.
Descripción:
Es
un árbol que alcanza los 30 metros de altura, de corteza escamosa de color
marrón oscura. Sus hojas son simples y alternas, de unos 6 cm de largo, de
color verde oscuro aunque las hojas de nuevo crecimiento presentan un color
rojo brillante. Son de forma triangular con el borde ligeramente dentado. En el
otoño deja caer parcialmente sus hojas manteniendo gran parte del follaje. Las
flores son inconspicuas de color verde amarillento reunidas en amentos. El
fruto es una cápsula de cuatro valvas que contiene tres nueces aladas.
Follaje y flores de Nothofagus menziesii y detalle de la corteza "plateada" característica de la especie. |
HAYA PLATEADA DE NUEVA ZELANDA
Nothofagus menziesii, (Hook. f.) Oerst.
Haya
plateada, haya plateada de Nueva Zelanda.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. Menziesii en honor a Archival Menzies
médico y botánico escocés (1754-1842). Su nombre común “plateada” viene del
color blancuzco de su corteza, que es particularmente acentuada en los
ejemplares jóvenes.
Lugar
de origen: Árbol endémico
de Nueva Zelanda.
Descripción:
Es
un árbol perennifolio de hasta 30 metros de altura, de corteza blanca y
moteada. Las hojas son redondeadas o aovadas, muy pequeñas, entre 6-18 mm de
largo, anchamente cuneiformes en la base y redondeadas o apuntadas en el ápice.
Tienen el borde doblemente dentado y son glabras por el haz, con unos ligeros
pelillos por el envés. Las flores masculinas están reunidas en inflorescencias
en grupos de 1-4. Las femeninas solitarias o en grupos de 2-4 sobre pedicelos
axilares. Los frutos son cúpulas de 6-9 mm de longitud divididos en cuatro
segmentos cubiertos de glándulas.
HAYA NEGRA DE NUEVA ZELANDA, HAYA DE MONTAÑA DE N. ZELANDA
Nothofagus solandri, (Hook.
f.) Oerst. Dos variedades: var.solandri
y var.cliffitoides=var.cliffortioides.
Haya
negra de Nueva Zelanda, haya negra, haya de montaña de N. Zelanda.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. Solandri, en honor a Daniel Carl
Solander (1733-1782) botánico discípulo de Linneo. El nombre común de la var.solandri
“Haya negra” por ser susceptible al moho del hollín que cubre tronco y ramas.
El nombre común de la var.cliffitoides “Haya de montaña” por
crecer sólo en altitudes.
Lugar
de origen: Árbol endémico
de Nueva Zelanda.
Descripción:
Es
un árbol perennifolio que en la var.solandri alcanza 27 metros de
altura, mientras que la var.cliffitoides es algo más pequeña
alcanzando los 20 metros, disminuyendo su altura hasta únicamente los 2 metros
en las latitudes más bajas de la montaña donde su desarrollo es más complicado,
formando lo que se llama un “bosque duende”. Las hojas son simples, alternas,
de forma ovoide y con el borde liso. Son pequeñas, de 10 mm de largo por 5 mm
de ancho, coriáceas, de color verde oscuro brillante por el haz y más pálidas y
pilosas por el envés. En la var.solandri son más puntiagudas,
mientras que en la var.cliffitoides son más cortas y redondeadas,
habiendo una variación en la forma debido a la hibridación entre ambas
variedades. Las flores se presentan en las axilas de las hojas, en amentos, las
masculinas en número de 1-3. Los frutos formando una cúpula con tres lóbulos de
6-7 mm de longitud.
Hojas de Nothofagus solandri. A la izquierda, la variedad solandri, de hojas más alargadas y a la izquierda la variedad cliffitoides de hojas más cortas y redondeadas. |
HAYA DE N. CALEDONIA
Nothofagus
aequilateralis, (Baum.-Bod.) Steenis
Haya
de Nueva Caledonia.
Familia: Nothofagaceae.
Etimología: Nothofagus proviene del latín
y significa “falsa haya”. Aequilateralis, del latín y significa
“con todos los lado iguales”, en referencia a la forma del árbol.
Lugar
de origen: Montañas del sur
de Nueva Caledonia.
Descripción:
Es
un árbol que se encuentra en altitudes montañosas de entre 150-1.250 metros,
que puede alcanzar cerca de 20 metros de altura. Las hojas son muy grandes,
persistentes, alternas, de forma elíptica u oblonga y con el borde entero. Son
simples, regulares, de pecíolo corto y ligeramente puntiagudas o redondeadas en
el ápice. Poseen una nervadura secundaria marcada y regular. Las flores son
poco visibles reunidas en amentos axilares. Los frutos son aquenios alados
contenidos en una cúpula bivalva.
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