miércoles, 28 de julio de 2010

EL TEJO

     ¡Malditos escoceses!, ¡Nunca ganaré esta guerra sin el concurso de mis arqueros. Diez mil nuevos arcos de guerra para mi campaña en Francia aunque para ello tenga que dejar sin tejos toda la Gran Bretaña!

     ¿Cómo acontecía la muerte de los árboles?. Sencillamente no morían hasta que el hombre apareció sobre la faz de la Tierra e inventó el tiempo. ¿Qué suponen mil años en la vida de un tejo?. ¿No es acaso una forma de eternidad para un ser vivo?. El árbol roza la eternidad porque desconoce el nombre de su estirpe.
     Pero hoy el rey inglés nos obliga a cortar los árboles sagrados para que sirvan en una guerra en tierras lejanas que únicamente incumbe a sus intereses. La existencia de este bosque se pierde en la memoria de nuestros antepasados. Nosotros, los habitantes de estos valles, somos sus depositarios y los encargados de que su legado se transmita. Este es, y no otro el principal cometido de los hombres en su paso por el mundo, el de cuidar del trozo de tierra de la que son hijos, mantenerla y transmitirla íntegra a la siguiente generación. Así ha sido siempre, desde los tiempos más remotos.
     Hace más de mil años los romanos construyeron un muro para separarnos de su “civilización”. Con el tiempo abrazamos también las nuevas creencias. Ahora, aunque vasallos de un rey escocés, el ausente Jacobo I Stewart, prisionero de los ingleses, los duques regentes de Albany se venden al rey de Inglaterra Enrique V.
     Pero somos una raza antigua apegada a su brava naturaleza y en el reino de Alban, en las tierras del clan MacDhughaill hay un valle donde las aguas cristalinas del río St. Andrew alimentan la sagrada tejeda de Evergreen Forest. No permitiremos, bajo ningún concepto, que los tejos milenarios sean cortados y transformados en longbows, arcos de guerra. Ingleses y galeses deberán buscar en otra parte. La cuerda se está tensando. “Nemo me impune lacessit”. Decídselo así a vuestro rey Enrique.

TEJO
Taxus baccata
Familia: Taxaceae
Lugar de origen: Europa
Etimología: La palabra latina “Taxus”, puede derivar de las griegas “Toxon” (arco) o “Toxicon” (veneno), en referencia a la condición tóxica del tejo o a su uso en la fabricación de arcos. La palabra latina “baccata” significa con frutos en baya o parecidos a bayas.

Descripción:
El tejo es una especie de gran longevidad, pero sin embargo no puede conocerse exactamente la edad de los ejemplares debido a que la madera no forma anillos anuales y con el tiempo el duramen se destruye dejando vacío el centro. Se han hallado fósiles del Terciario y existen ejemplares de unos 1500 años de edad. Es un árbol dioico (los sexos están separados en ejemplares distintos), de 15 a 20 metros de altura de copa piramidal con ramas horizontales o ligeramente colgantes. El tronco es pardo grisáceo, del que se desprenden láminas delgadas y alargadas en forma de teja. De hojas perennes de 10-30 x 1,5-3 mm, persistentes, lineares, aplanadas o algo enrolladas en el borde, terminadas en punta córnea y con pecíolo corto; algo coriáceas, verde oscuras por el haz y verde amarillento con franjas estomáticas por el envés, dispuestas helicoidalmente sobre las ramas. Las flores son unisexuales, las masculinas y las femeninas aparecen en distinto árbol, pequeñas, verdosas y solitarias. Las masculinas aparecen formando conos axilares en la cara inferior de las ramas, solitarios, globosos, con 6-14 escamas peltadas, cada una con 4-8 sacos polínicos. Las flores femeninas están formadas por un sólo rudimento seminal o dos geminados, cada uno con una escama estéril o varias imbricadas. Florecen a finales de invierno o principio de primavera. La semilla es ovalada, de 6-7 mm, cubierta por un disco carnoso llamado arilo, que está abierto en la parte superior y que pasa de color verde a rojo en la madurez. Madura en otoño.

Cultivo: Requiere de suelos frescos, húmedos o moderadamente secos, poco ácidos y pobres en nitrógeno, prefiriendo los terrenos ligeramente calizos. De crecimiento lento, alcanza las condiciones idóneas con calores moderados y no resiste las heladas tardías ni las temperaturas extremas. Se reproduce mediante semillas que germinan al 2º o 3º año o por esquejes sacados a finales de verano o principios de otoño. Se presta muy bien a la poda, siendo una planta adecuada para la poda ornamental o “topiaria”.

Utilización: Como ejemplar aislado o en grandes setos convenientemente podados.

Plagas y enfermedades:
Esta especie presenta pocas enfermedades o plagas. Puede ocasionalmente producirse el ataque de la cochinilla algodonosa o del gorgojo de la vid. También el exceso de agua puede producir la putrefacción de las raíces o el ataque de algún hongo.
El cultivo en tierras muy ácidas puede producir el amarilleo de las hojas y la desecación de los brotes tiernos que pueden acabar con la vida de la planta, por lo que en estos tipos de terrenos es conveniente añadir cal.

Propiedades medicinales:
El tejo es un árbol tóxico, del que sólo es comestible el arilo, por lo que nunca se ha utilizado tradicionalmente como planta medicinal, ya que puede ser mortal para el ser humano. Sin embargo, desde 1971, del “tejo del pacífico” (Taxus brevifolia), se extrajo una sustancia llamada “taxol”, que es un potente anticancerígeno. Se utiliza en polvo de las hojas (0,06 a 0,3 gramos) y sólo debe usarse bajo prescripción médica, pues en dosis altas puede provocar la muerte.

Frases y refranes:
     La expresión "tirar los tejos" (hacer insinuaciones amorosas a una persona) procede, quizás, de la antigua costumbre de algunos pueblos en que las mozas, después de alguna celebración a la salida de las iglesias, arrojaban semillas o ramillas de tejo sobre los chicos casaderos, para buscar marido. (Ya que era frecuente encontrar tejos en las cercanías de las iglesias por el carácter sagrado de este árbol para algunos pueblos paganos y su intento de cristianizarles por parte de la Iglesia Católica).
Sin embargo hay quien apunta hacia un origen diferente:
     En España se jugaba a un juego de puntería tirando trozos de teja que había por las calles cuando un fragmento de los tejados de las casas se caía. Ese juego recibió el nombre de “tejo” y cuando los chicos jugaban en las plazas de los pueblos, a veces desviaban sus tiros hacia la chica que les gustaba para atraer su atención apuntando cerca de los pies de las muchachas, y de esa forma tenían excusa para acercarse a ellas cuando iban a recoger su tejo.

Curiosidades:
     En nuestro relato hacemos mención al Longbow, que era el arco inglés por excelencia y se hacía preferentemente de madera de Tejo, dada sus características de flexibilidad. Sus grandes dimensiones le hicieron convertirse en arma revolucionaria. Era tanto el poder de este arco hecho de Tejo que, estudios contemporáneos han comprobado que a corta distancia una flecha disparada por un Longbow, podía penetrar 4 pulgadas en el tronco de un roble. Más que cualquier otra arma contemporánea, fue responsable de un notable cambio en las tácticas y resultados de grandes batallas, acaecidas en la Edad Media. Con el uso de este arco, Inglaterra se convirtió en una potencia bélica durante los siglos XIV y XV. Así, los ejércitos ingleses se transformaron en los más temidos de Europa.
     Sin embargo los primeros arcos se crearon y fueron desarrollados por los galeses, que no dudaron en utilizarlos en sus numerosas rencillas contra los ingleses, que fueron testigos del poder y eficacia de esta arma. Por ello en 1252, el Longbow fue aceptado como arma de guerra oficial en los ejércitos ingleses.
     Conocedores en todo momento del gran valor de este arma, los ingleses garantizaron la conservación y cuidado de los Tejos por lo que en la actualidad es una especie bastante abundante a lo largo de toda la isla. Dada las características de humedad de Inglaterra, el Tejo más apreciado era el de España e Italia ya que era más seco y poseía un grano de mejor calidad, por lo que fueron importados grandes cantidades de madera de esta especie desde el sur europeo.
     En contraste con el crecimiento de población del tejo en Inglaterra, en España se originó una disminución drástica de ejemplares. La posible causa de este descenso no sólo la podemos atribuir a la tala indiscriminada por parte de los anglosajones para la fabricación de su arcos. También la mala fama de esta especie en nuestro país, que debido a sus características tóxicas provocaba bajas en los ganados, hicieron proliferar su eliminación por parte de los ganaderos.
     Más recientemente, con el descubrimiento de las propiedades anticancerígenas del taxol, (sustancia que se encuentra en los tejos), provocó también la tala de numerosos ejemplares adultos, ya que hasta que esta sustancia se sintetizó artificialmente, eran necesarios 2 o 3 árboles para el tratamiento de una persona.
     El resultado de años de desprecio por esta especie nos lleva a la actual situación de precariedad que le ha llevado a aparecer recogida en diferentes catálogos de especies amenazadas para protegerla como especie de interés especial y por formar parte del hábitat del urogallo (Tetrao urogallus), una de nuestras aves en mayor peligro de extinción.

jueves, 8 de julio de 2010

POESÍAS: CONVIVIR CON ÁRBOLES (CABALLERO BONALD)




CONVIVIR CON ÁRBOLES

Quien convive con árboles dispone
de poderes, pacta con semidioses
invencibles,
                  nadie
podrá usurparle nunca esa heredad.

Leves y bonancibles,
abandonan los días sus guaridas
y llegan al jardín enaltecidos.
La voz de la enramada reproduce
la voz de las raíces
                              y una mano suave
desaloja la vida de asperezas.

Fin y principio,
                       nadie
podrá impedir que esta alianza
perpetúe sus sellos, determine
el veredicto de una convivencia
que engrandece a la larga el rango de los árboles.

Bajo las frondas indulgentes
se dignifica el flujo vegetal de la vida.

                                       J.M. Caballero Bonald

(“Manual de infractores”. Edit. Seix Barral)




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